No lo podía creer. Me encontraba sentada en la última fila del aula de ciencias, no me podía concentrar en absolutamente nada desde anoche. El momento se repetía una y otra vez en mi mente.
– ¡Sal de la habitación! - dijo el chico que nunca había visto, pero extrañamente sentía que emanaba paz hacia mi, sentía que lo conocía, me sentía familiarizada con su aroma. - ¡Ashley! - caí otra vez en la situación, el chico me daba la espalda mientras sostenía fuertemente al que si no me equivoco se llama Sébastian, este último lo miraba con una sonrisa burlona, pero se le notaba inquieto.
– ¡Pero qué sorpresa! Mira nada más y nada menos a quién tenemos de protector de la chiquilla. - el chico hizo un sonido de descontento fuerte, su espalda ancha se estremeció por la molestia - un ataque de un ser cómo tú en este momento es inne - el chico interrumpió sus palabras cuando lo estrelló fuertemente contra la pared. Allí reaccione y le hice caso a sus palabras y me aparté hasta la puerta, la deje abierta y cuando me dispuse a asomarme me la cerraron en la cara.
– Ya me estoy cansado del juego que tienen con las puertas y cerraduras - cuando dije eso, escuche la puerta de la casa, horrorizada baje a hasta donde estaban mis padres dejando sus respectivos abrigos, cuando me vieron fruncieron el ceño, jamás bajaba a recibirlos, y no me malinterpreten, pero ya la situación con los desconocidos se está saliendo de las manos y me estoy asustando y en cierta forma me asusta saber que mis padres puedan salir perjudicados, después de todo no les deseo nada malo.
– ¡Hola! ¿Qué tal sus trabajos? - dije llevándome una mano a la cara
– ¿Pasa algo Ashley? - mis nervios bajaron para darle paso a la sensación de tristeza y decepción, aunque ya estaba acostumbrada a este tipo de tratos, pero que por lo menos lo intente cuando se supone que los estoy "protegiendo" de cosas externas a nuestra humanidad, porque estoy segura que lo que está pasando en mi cuarto en este momento es sobrenatural, reciba una contesta tan seca.
– No, papá, no pasa nada - dije sonriendo levemente y me di vuelta para ir al patio, tal vez de allí pueda ver algo de lo que ocurre en mi habitación. Cuando visualice el panorama todo se veía tranquilo, así que decidí subir, de reojo pude ver cómo mis padres estaban en la mesa de la sala abriendo un portafolio y empezando a repartirse las hojas que tenía dentro. Cuando subí me di cuenta que la puerta de mi habitación estaba entre abierta, extrañada y con la sensación de nervios volviendo me acerqué lentamente.
– Hija - un grito de sorpresa salió sin control alguno, me volteé rápidamente para ver la cara de confusión de mi mamá a pocos pasos - ¿por qué gritas así?
– Es que te vi tan concentrada en la sala, y ahora estás aquí - dije atropelladamente - ¿querías decirme algo? - me miró extrañada, pero lo dejo pasar
– Te iba a decir que queríamos contratar a alguien fijo para que haga los servicios de la casa, al parecer tendremos un viaje para Malibu y no queremos dejarte sola en la casa - la sorpresa y el disgusto fueron claros en mi rostro
– ¿Van a Malibu sin mi? - recibí una mirada fija de su parte y un asentimiento de cabeza - bien, suerte con su servicio - me di la media vuelta y entre e mi habitación, estaba indignada, una cosa es que no estén en la casa por trabajo y otra es por un viaje a mi tierra natal.
Con un suspiro exasperado me enfoqué en mi habitación y sentí que un balde agua fría cayó sobre mi, la cortina estaba rasgada por la parte de abajo y parte de la madera de la ventana estaba abollada, como si se hubiesen resistido a salir por allí y varios de mis libros estaban regados por el piso, inconscientemente di un paso atrás y tuve ganas de correr fuera de la casa, pero me armé de valor y camine hacia la ventana, todo se veía tranquilo, como si nada hubiera pasado. Cuando me giré a arreglar los libros me controle para no pegar un grito horrorizado, al fondo del cuarto estaba Jason, viéndome fijamente, como si tratara de leerme.
– ¿Qué haces aquí?- Pregunte directamente
– Vine a hablar contigo, y comprobar que ya te diste cuenta porque necesitas irte con nosotros - una risa irónica salió de mi parte tomándolo por sorpresa
– Jason, Sébastian y un nuevo chico misterioso, un bibliotecario, tengo problemas con las cerraduras, se meten en mi casa, van a mi instituto, me acosan ¿y dices qué tengo que irme con ustedes? Dime dónde eso tiene sentido, porque yo no lo encuentro. Si me explicarás que sucede, sería un primer paso, gracias. - dije sarcásticamente.
Jason se acercó a pasos lentos, hasta que estuvo en una distancia prudencia, parecía estar evaluándome, como si esa actitud le recordara algo, pero se mantuvo firme en su postura.
– Tienes que prepararte, si no te matarán. - después de decir eso solo salió por la ventana, dejándome estupefacta.
Lo único que hacía mi mente era darle vueltas a esa última frase que me dijo Jason, no tenía sentido. Oliver, mi mejor amigo trataba de hacerme señas desde unos asientos más adelante, le sonreí despreocupadamente, aunque ya percibía que algo me estaba pasando. Y como no me iba a pasar algo, si tenía a no sé cuántos desconocidos entrando y saliendo de mi casa a su antojo y una amenaza de muerte. Mi mente estaba trabajando en las posibilidades de descubrir que es lo que esta pasando.
ESTÁS LEYENDO
A través de la Vida
Mystery / Thriller¿Qué pasa cuando a lo que llamamos imposible se hace posible? Aquello que nuestros padres nos cuentan para asustarnos cuando eramos pequeños, pero crecemos y nos damos cuenta que es mentira ¿Y si luego descubres qué si existe? Que nos rodea a pesar...