Siete capítulos especiales del Fic. Observada.
Nuevas situaciones y nuevos personajes aparecerán.
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--YOONA---
- ¡Sorpresa! – dijo mi mamá juntándome a mí y a Leeteuk; su mirada inquisitiva se deslizó de mí hacia él. – Ustedes dos tiene que hablar y solucionar sus problemas. – dijo para finalmente irse del patio.
Por primera vez en meses, estaba de acuerdo con mi mamá.
Ahí estábamos, Leeteuk y yo.
- Tu mamá me invitó.
- Pensé que te ibas – contesté.
Su familia vive en el campo, muy lejos de la ciudad.
- Sí, pero cancelaron mi viaje y lo han pasado para dentro de dos días – me respondió.
- Oh...
- Sí, tu mamá me vio salir del aeropuerto y le conté lo que había pasado.
- Y ella planeó todo esto.
- Me invitó a venir – hizo una pausa. – Le dije que no quería molestar, y más bien ella fue la que se molestó porque estaba rechazando su invitación.
- Y te convenció a venir.
- Sí – suspiró – Espero no incomodarte. Si quieres me voy.
- No – pronuncié de inmediato tomando su brazo. – Quédate – sonreí, y él me devolvió la sonrisa.
Mi celular sonó sacándome de mi pequeño trance al ver sus oscuros ojos marrones, era ____.
- Dime – contesté de mala gana.
- Sigue a tu corazón – me dijo – Síguelo – me ordenó.
Giré a verla, mi amiga estaba espiándome, se quedó por unos segundos más y se fue.
Nos quedamos en silencio por unos largos minutos, pero era un silencio cómodo.
Me apoyé en el marco de la puerta que daba al gran patio y miré las estrellas, estaban deslumbrando por el cielo despejado. Bajé mi vista y miré de reojo a Leeteuk, quién también las veía con detenimiento.
- Leeteuk – obtuve su atención.
Quise articular alguna palabra, pero no salían de mi boca.
Él me seguía mirando y yo me había quedado muda.
Leeteuk miró por unos segundos más las estrellas, volvió su vista a mí y sonrió. Volteó para dirigirse a la sala; y en un desesperado intento para detenerlo, tomé su mano reteniéndola entre las mías. Un cohibido pero sincero "te quiero" salió de mis labios. Mi corazón se agitó a ver su mirada buscando la mía. Me observaba sorprendido, con detenimiento, asimilando la pequeña confesión que había hecho hace unos segundos.
- Te quiero – volví a decir en cuánto reuní valentía suficiente para afirmar lo que sentía.
Él era el indicado y de eso estaba más que segura.
Leeteuk mordió su labio inferior, miró el cielo oscurecido y en un repentino movimiento se acercó a mí colocando su mano en mi nuca juntándonos y uniendo nuestros labios en un dulce beso.
