CAPITULO 4

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Pase toda la noche entera pensando en ella, no podia evitarlo, no podia evitar no mirar por su ventana ni siquiera, asique volvi a hacerlo por una ultima vez esa noche, y ahi estaba, sentanda en la cama, vestida con una remera vieja e intentando peinarse un poco, y a los segundos noté que estaba hablando, quise suponer que era con la madre, pero no, la chica rara resulto tambien ser zonambula.

-Will, ¿me vas a acompañar a la fiesta de esta noche?-apenas me levantaba mi hermana ya empezaba a gritar.
-no tengo ganas,- respondì antes de poner la cara contra la almohada y poder seguir durmiendo un poco mas, hasta que viene Raquel y me habre la cortina de par en par- ¡pesada! Dejame dormir- grité antes de empezar un guerra de cosquillas, en donde como siempre, ganaría yo.
-me voy, hasta la noche no me ves, y si mamá y papá preguntan estoy en lo de Paola, ¿ok?
-bueno ya esta, ya entedi, señorita rebelde- burlandome
-¿ves? Por eso sos mi hermano favorito y el mas lindo - lo dice y me abraza muy compradora como siempre. Y se va
- soy tu único hermano, boba- dije bajo despues de haberse ido.

Caminando por la muy ancha vereda del vecindario de camino a lo de Oscar, veo que Jaqueline se encontraba a unos metros delante de mi, la alcancé con la intencion de hablarle aunque sea lo mas minimo.

-Jaque!.-Sorprendida voltea a mirarme.
-hola Will.- respondio friamente
-vas a lo de oscar?
-no. Hoy no
- pues a donde vas?.- pregunté mientras abria la puerta del local.
- a donde nadie hiria.- se da la vuelta al ver que ya estaba entrando y sigue caminando ligero.

"A donde nadie hiria" me preguntaba y repetia por dentro con mitad del cuerpo adentro y mitad fuera del local, queriendome imaginar a que se referia con eso. Quise suponer que seria algo así como una plaza o un lugar que solo ella conociera asi que decidí seguirla a lo no muy lejos.

-ten cuidado jovencito!.- grita no muy alto Oscar- sólo los valientes la siguen-. Dice mientras sonrie como si supiera todo.

Lo ignoré y seguí mi camino que ya me habia propuesto, conocerla.

La seguí, la espié y la miré. Seguí sus pasos, espié sus gestos, miré su rostro. Amaba verla, aunque mayormente sea desde lejos y a escondidas. Esos ojos miel, pelo castaño, piel no muy blanca. Era sin dudas, hermosa.

Llegando a un edificio abandonado ella opta por subir, pero no entrando a él sino por fuera, ya que tenia una escalera oculta que pocos llegaban a ver. Subia, subia y subia, y yo esperando abajo a que termine y poder seguirla.

Subí tras ella, unos 13 pisos. Hasta que llegue, era la terraza.

-decime que es hermosa la vista.- al parecer sabía que estaba destras suyo todo el tiempo
-sí.-suspiré- lo es.
-bueno, ahora dime la verdad. ¿que piensas de la vista?.- me habla mientras mira el cielo y la ciudad.
-que es hermosa enserio, no creí que se viera así de lo lejos. Y perdon por seguir...
-¿seguirme? ¿porqué lo hiciste?.- se da vuelta y me mira a la cara con esos ojos brillantes como estrella.
-porque queria saber cúal era tu "a donde nadie hiría".

Se quedó helada, sólo por unos segundos, se ve que no esperaba esa respuesta. Fue a un banco que habia por allí y se sentó en él.

-me gusta venir, sola, y ver la enorme diferencia que hay entre la ciudad y el cielo, el descontrol y la paz.
-cuando era chico ibamos a acampar con la familia y a papá y a mí nos encantaba mirar las estrellas de noche recostados en el pasto.-dije mientras me sentaba junto a ella.
-yo hacia lo mismo, hasta un día antes de que se fuera.-agacha la mirada, se levanta y va hacia una de las esquinas-lo extraño tanto.
-perdón, no fue mi intencion recordartelo. Además, no estas sola, nunca se está solo.
-¿porqué estas tan interesado en mí?.-dice entre lagrimas- ¿porqué me sigues? ¿porqué intentas hablarme? Acaso no ves que no valgo la pena.
-si que lo vales, vales mucho más de lo que te imaginas.
-¿y como estas tan seguro?
-lo veo en tus ojos.
Intenté acercarme cuando justo me dió la espalda. Estaba cruzada de brazos y llorando en silencio y de un instante al otro, me arrepentí en haber ido, no queria que llorara mas, asi que decidí irme.
-¡no te vayas!-grita Jaque a mis espaldas- por favor, nunca nadie se habia quedado conmigo tanto tiempo, al menos no por un buen rato.

Volví a mirarla y a acercarme

-esta bien, no me voy a ningun lado
-¿lo prometes?- dice con los ojos llenos de lagrimas
-lo prometo.

Estuvimos un buen rato hablando, quien diría que ocurriria aquello. Eso de seguirla casi sin motivo y que luego quisiera que me quedase. Cuando nos cocimos dar cuenta ya estaba anocheciendo, pensar que no hablamos de nada en particular, solo de temas cotidianos, de nuestros gustos, de nuestro entorno. Aunque me hubiera gustado que me cuente más acerca de ella, pero no quise presionarla, sólo la deje hablar, y al pasar solo un par de minutos decidimos volver.

_te acompaño?.-bromié mientras hacía una voz graciosa

Sonrió muy levente y prosedió.

_creo que no me queda otra opción no?

Y luego de decir aquello me miró muy fijamente con esos ojos radiantes que tenía, me paralicé y al parecer se dió cuenta porque enseguida volvió a ponerse seria y a seguir caminando.

-llegamos.-suspira
-así es- afirmé

Me mira de re ojo y se dirije ligero a su casa a abrir la puerta principal sin despegar los ojos del suelo.

-¡Jaque!-grito antes de que entre del todo a su casa.

Se da vuelta y me mira sin decir una palabra.

-¿cuando te volveré a ver?
-cuando me presises voy a estar.- sonrió y entró

Y si tan solo para despedirme como ultima oracion le hubiera dicho algo como "supongo que siempre te voy a presisar" o despedirme con un beso en la mejilla al menos. ¿porque no lo hice? Supongo que tenia miedo de quedar como un completo desesperado. Pero al menos pasé un buen rato con ella, y hablamos, no de temas profundos pero lo hicimos, pero lo que más quería y logré hacer, fue verla sonreir.

Nadie como ella Donde viven las historias. Descúbrelo ahora