Prólogo

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Primera Parte

"Podemos perdonar fácilmente a un niño que le teme a la oscuridad, pero la real tragedia de la vida es cuando los adultos le teme a la luz "

- Platón

Hierba mojada es lo primero que siento bajo mis pies descalzos, mientras gruesas gotas impactan contra mi cuerpo que está cubierto por una fina tela que me llega hasta las rodillas.
Alzo los ojos al cielo, no hay luna ni estrellas, la única luz que veo proviene de una pequeña cabaña que está a lo lejos.

Una fuerza me impele a dirigirme hacia ella.

Con cada paso que doy parece más lejano mi destino, así que empiezo a correr sin parar, hasta sentir mi alma a punto de desfallecer y cuando creo que ya es inútil, he llegado.

Bajo el umbral de la puerta escucho gritos y la súplica de una mujer.

-Detente, no la lastimes.

Me adentro en el lugar y es tan acogedor que se me calienta el corazón y me gustaría quedarme aquí. Pero los gritos comienzan y me doy cuenta que provienen de la planta superior, cuando alguien coge mi mano.

-No creo que quieras ver esto - dice una voz suave y melódica.

La voz pertenece a una muchacha de ojos azules brillantes e hipnotizantes, corto cabello cobrizo, piel pálida y demasiado delgada para mi gusto.

Las palabras abandonan mis labios sin sentirlo.

-Debo hacerlo.

Avanzo hacia la escalera y retrocedo un paso al chocar mis pies con sangre que desciende de forma alarmante por los escalones.

Es repugnante sentir su viscosidad al caminar y me sujeto del barandal para evitar resbalar.

Aún no he llegado a la planta superior cuando veo una imagen que me parte el corazón.
Un hombre, aún joven, golpeado y mutilado en todas las partes imaginables tan solo por un psicópata.

-No quieres seguir - asevera ella, con una media sonrisa.

Lo rodeo y sigo subiendo cuando la veo.

Una joven mujer está de rodillas mirándome y detrás un hombre encapuchado la tiene asida. Sus ojos cafés están emborronados por las lágrimas, pero también veo aceptación y valentía en ellos.

-Últimas palabras - le dice una voz ronca y gutural.

-Ilumina en la oscuridad -le rebana el cuello y ella cae formándose un charco de sangre.

Me dejo caer en el suelo junto a ella. De pronto escucho mucho ruido a mi alrededor, mas ya nada importa, es como si me hubieran arrancado dos pedazos de mi alma.

Una mano pequeña acaricia mi cabello.

-Hey, levántate, no querrás perderte la mejor parte, tú eres la protagonista.

Alzo la vista y el hombre ha desaparecido, pero las luces del exterior me ciegan, escucho pasos que se aproximan, le siguen desconocidos que gritan horrorizados y mi corazón se acelera.
La muchacha de ojos azules está parada en una esquina señalando mi mano y riendo divertida.
Mano que está sujetando un cuchillo ensangrentado, lo suelto ipso facto.
Desconocidos me miran acusadoramente.

-No, no, por favor, yo no lo hice. Yo los amaba, por favor, diles - busco a la muchacha, pero esta ha desaparecido, aunque aún puedo escuchar su risa perpetrando cada pensamiento que cruza por mi cerebro.

***

Nadie le creyó y arremetieron contra ella.

"bruja" "asesina" "loca" "enferma"

Le gritaban esas y demás profanidades mientras la arrastraban al patíbulo.
La ira había ensombrecido el corazón de cada habitante del pueblo. No sabían que más hacer, el horror era indescriptible y decidieron tomar justicia por sus propias manos, quemándola como a una bruja .
Nadie escuchó sus súplicas.
Nadie creía en ella, en su luz e inocencia.
Nadie se apiado de una pobre muchacha que había sufrido la pérdida más grande para un ser humano, sólo la acusaron y sentenciaron injustamente.
Ella no era nadie.
Tan sólo un monstruo y los monstruos debían ser destruidos.

La despojaron de sus prendas, la golpearon hasta que se olvidó de su nombre y entre los vaivenes de la conciencia e inconsciencia ya no escuchaba nada, solo sus rostros pidiendo a por ella, por su ejecución.

El viejo más viejo del pueblo cogió una antorcha mientras terminaban de amarrarla a un poste de madera, vió en los ojos de aquel hombre dos llamas y su miedo reflejado, mientras continuaba intentando liberarse sin éxito. Iban a quemarla y ella sabía en el fondo de su espíritu que era inocente. El fuego inició su incursión, el calor humeaba, pero ella no sentía dolor, se sentía vivificada.
Las flamas le daban poder.
La carne quemada y los gritos de dolor y auxilio nunca llegaron.
La muchedumbre la observaba atónita, no se les había dado lo que deseaban y ellos aún seguían sedientos de sangre.
Y ella lo entendió, no querían hacer sólo justicia, deseaban verla sufrir por placer.

Y algo se encendió en su interior, era un poder antiguo, era furia y fuego.
Una explosión se desató, reduciendo la ciudad a cenizas.
Nadie lo vio venir, y cuando lo hicieron ya era demasiado tarde, ni un alma pudo escapar.
Ya no había casas, ni personas, ni animales, todo era polvo. Excepto ella, que yacía hecha un ovillo en el medio de toda aquella destrucción, tal cual como había sido traída al mundo.
El silencio reinó.
Lo último que vio fue una estrella azul muy brillante con forma humanoide descender y por fin, recordó quien era.
Aunque no por mucho.

***

La tierra tembló cuando ellos descendieron, el término hermoso no les hacía justicia para describir su magnificencia.

Sus rostros imperturbable parecían tallados en granito, sus cuerpos serían el sueño de cualquier artista retratar y sus alas, oh, sus bellas alas se eregían orgullosas retando a la hermosura replegarse hacia un costado y que las dejase pasar.

Su físico iba de acuerdo con su poder, eran capaces de extinguir una constelación sin siquiera pestañear, pero nunca lo harían sin un verdadero motivo que lo ameritase.
Habían aprendido el significado más puro de justicia antes de poderse comunicar.

Ellos estaban en su búsqueda, había llegado el tiempo predeterminado, una gota de su poder se había derramado, llamándolos, ellos habían acudido como fue prometido hace una eternidad.
Pero, no estaba, los rezagos de la destrucción eran patentes, aunque la artífice de ello estaba ausente.

Los ángeles la buscaron, sin moverse, en un radio de 100 km, Cassius, el líder del aquelarre de ángeles, lo entendió.
Habían llegado tarde, ellos la tenían y harían lo que fuese necesario para convertirla a su favor.
Luego de eones de existencia al líder del aquelarre algo llegaba a conmover sus cimientos más profundos para que desprendiera una onda de energía, un llamado.

Beylian,Tánato y Nixes,sus compañeros cercanos fue a quienes primero golpeó, lo suficiente para remover sus antiguas existencias.
No necesitaban expresar con palabras la misión, la búsqueda implacable está a punto de empezar.
Removerían el cielo y harían caer las estrellas, partirían la tierra y buscarían bajo las rocas hasta encontrarla e incluso vaciarían el mar por hallarla.

Ella es la única y última oportunidad.
La esperanza.
De este y todos los mundos.

Espero que les agrade.
Los votos y comentarios me motivan a seguir escribiendo.
😀😀😀

Between Angels and Fallen © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora