II

714 57 2
                                    


Habían pasado tres meses desde que Aizen volvió a ver a Ichigo después de casi cuatro años de ausencia, no iba a negar que de cierta forma algo se quebró en su pecho al verlo salir con un niño de cabellos castaños y ojos chocolate, ese niño era su hijo, un hijo suyo y de Ichigo, un niño al que tenía derecho a conocer, pero no sabía cómo acercarse al papá del niño, por eso estaba en un bar emborrachándose hasta la inconsciencia.

—Señor, ya vamos a cerrar—dijo en barman, Aizen no podía articular palabra alguna, pues estaba perdido en el alcohol, el mayor extendió un número telefónico al barman para que llamase y fueran por él.

                                                                                                    ***

Eran las tres de la mañana cuando sonó el teléfono de la biblioteca Ryuken Ishida, estaba revisando los exámenes médicos de uno de sus pacientes favoritos, cuando escuchó el molesto sonido del aparato, maldijo en voz baja, pues el pequeño Haru se había quedado dormido en espera de su padre

— Residencia Kurosaki, Ishida al habla—hablo con una voz de tenor, al otro lado de la línea, el barman le explicó la situación y Ryuken se extrañó que llamasen a casa de Ichigo para recoger a un ebrio al bar — me puede repetir el nombre del sujeto—pidió amablemente—Sousuke Aizen , sí, si lo conozco, sí, voy de inmediato —dijo colgando el teléfono, cargo al niño y lo acostó al lado del desnudo y cansado cuerpo de Ichigo, bajando las escaleras tomo su gabardina, su billetera y las llaves del coche, miro su reloj. 3:30 am, le tomaría media hora llegar, pues la nevada había dejado imposibilitadas partes de la carretera, le dejo una nota a Rangiku y salió hacia el bar.

Cuando llegó al bar eran las 4: 15 am, el guarda de seguridad sostenía a Aizen a pedio palo, y de mala manera se lo aventó encima, el tipo estaba muerto, Ryuken se sentía extraño ayudando al hombre que le había hecho tanto daño a Ichigo, buscó entre su chaqueta y encontró su dirección, a como pudo lo acomodó en los asientos de atrás de la camioneta y se dirigió a la dirección indicada, al llegar al complejo habitacional, llamo al portero por el interfono y este recibió al pesado paquete.

— Siento las molestias, el señor Aizen ha estado así desde hace tres meses—dijo el portero

— No es que sea grosero, pero no me importa, no lo conozco — dijo dándose la vuelta

— I...Ichigo —murmuró el castaño

— Es usted el señor Kurosaki – preguntó asombrado el portero

— No, soy su esposo —diciendo eso, se fue

                                                                                                               ***

Cuando el despertador sonó, Ichigo lo aventó al piso y se removió en la cama, sintiendo un cuerpecito aferrarse al suyo, abriendo los ojos por completo maldijo en voz alta, eran las ocho de la mañana de un lunes.

"Mierda... el parvulario", pensó el peli naranja

— Rangiku — gritó a la rubia

— Si señor Ichigo — dijo la mujer azorada tras subir las escaleras

— Me puedes decir, ¿qué hace este polizón en mi recámara?—dijo mientras cargaba el liviano cuerpo de su hijo

— El Doctor Ishida le trajo a eso de las tres de la mañana, el pequeño Haruhiko, quería ver a su padre trabajar y le venció el sueño –Rangiku explico a su jefe

EL OTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora