Capitulo 1: Comienzo a un nuevo hogar

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       Hacía unas semanas atrás Marth había recibido una llamada de parte de un señor mayor, quien pidió amistosamente, que hiciera el favor de cuidar a cuatro pequeños hasta su regreso a casa, ni si quiera sabía bien la situación, pero cualquier trabajo sería aceptado, sobre todo, si era su primer trabajo, sentía que ya era joven. 

—Eso está mal.— Comentó su mejor amigo, cruzado de brazos. 

El de cabellos más claros sonrió un poco, con los ojos abiertos. — ¿Qué tiene de malo? Hay que confiar. . . 

Sin embargo el opuesto parecía estar en desacuerdo. —Ni si quiera te dijo su nombre.— Sin embargo el menor no respondió. — Tomarás el trabajo, pero yo seré tu acompañante. . . — Suspiró, mientras palmeaba su cabeza. —No quiero que abusen de tu inocencia laboral. 

Marth sonreía mientras tomaba la mano de Ike, pues ese mismo día tenía que prepararse para permanecer en un nuevo hogar por varios días. 
—Será un gran alivio tenerte conmigo, solo espero que los niños sepan comportarse.— 

Ike, su mejor amigo suspiró, saliendo de la casa con maletines, cerrando la puerta con segura, al parecer no quería dejar su casa pero, su mejor amigo era un caso más importante. 

Caminaron, y caminaron por un largo camino, se habrán tardado al rededor de 3 horas caminando, contando que entremedio descansaban. 
El mayor de ambos sobaba su cintura, un poco molesto. —Ahora me duele todo. — Se quejó, nunca había caminado tanto. 

El menor sonrió travieso, acomodando sus cabellos. —¡Pero Ike! Ya hemos llegado.— Añadió bastante energético, tocando la puerta un par de veces. . . "puerta" es poco decir, era demasiado grande. En par de minutos la puerta se abrió, Marth no pudo evitar sonreír ante la ternura de dos niños. —Owwws!— llevó una de sus manos a su pecho, mientras uno de atrás rodaba los ojos. — Soy el niñero Marth, vengo con un acompañante por que no puedo dejarlo solo.— Comentó con una sonrisita, mientras lo niños chocaron miradas sonriendo. 

Un castaño abrió más la puerta, dejándolos pasar, con una sonrisa comentó. —¡Bienvenidos!— Ambos mayores entraron, y éste se inclinó un poco en reverencia. —Yo m. . . 

Sin embargo el niño fue interrumpido, por un mayor.— Perdón pequeño, necesito hablar con ellos, solo tengo cinco minutos. —Se acercó en frente de Marth, sobre todo por que él era el más responsable.— Mira te dejo a cargo de cuatro niños, no, no son mis hijos. — Comentó sonriendo un poco forzoso. — Solamente los cuido. ¡Yo debo irme a hacer una misión! Mi jefe me lo está ordenando. Me llamo Snake. — Apretó su mano con las de ambos. — No quiero, accidentes, y ya saben a que me refiero, sobre todo. . . — Agarró a ambos trabajadores de la cuellera de su ropa, con plan de intimidarlos. — Yo se que a estos dos nada. — Dijo por los niños que se hallaban presentes, que no entendían la situación. — ¡Pero le hacen algo a los otros dos que aún no salieron de su cuarto! Les juro que me vuelvo de mi misión para matarlos, escorias. — Marth y Ike abrieron sus ojos a la par, bastantes asustados por la situación. — Tengo que irme. — Sonrió. 

Marth sonrió un poco rascando su cabeza, nervioso. —Qu..Que le vaya bien...— Antes de que Snake se vaya se despidió de los niños presentes, tomando un bolso se retiró de la gran casa. —Bien. . . ¿Cómo se llaman?— Preguntó, arrodillandose un poco para estar a su altura. 

Un pelirrojo levantó su brazo, con un tono alegre. —¡Roy! 

El castaño que los había atendido realizó la misma acción. —¡Red! 

—Los dos con R— Dijo Ike entre risas mientras rascaba su cabeza. —¿Son solamente ustedes?— Sin embargo lo otros dos negaron con la cabeza. —¿Y por qué se esconden? 

Cuidandote a mi manera.Where stories live. Discover now