Capitulo 2: Acostumbrando a un nuevo ambiente

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—Psssst 

Llamaba un cabellos celestes dando suaves empujones a alguien que se hallaba acostado en el sofá. —Ike. . . —Llamó, empujando con más fuerza. Sin embargo no respondía. —Pff. . . —Murmuró finalmente para despertarlo de una abofetada. 

El peliazul más oscuro reaccionó sentándose en el sofá, sobando su mejilla con continuidad. —¿Estás loco?— Dijo Ike mientras miraba con cierto fastidio a su mejor amigo. —¿Qué quieres Marth? 

El mencionado se limitó a sonreír con levedad. —Iré con Red y Roy a comprar al hiper-mercado. ¿Cuidas a Link y Pit?— Preguntó pero sin recibir respuesta prosiguió con la charla. —Pues deberás hacerlo gustes o no.

El mayor de allí suspiró llevando sus pies hasta el suelo, al parecer era el único que seguía durmiendo a esa hora, por que al llevar la mirada atrás, los cuatro niños estaban despiertos. 
Red y Roy se estaban poniendo un sueter para salir, mientras Pit y Link miraban la ventana hacia fuera, con una leve tristeza. 

—Red, Roy, vamos.— Dijo Marth con una sonrisa, abriendo la puerta para que los más pequeños salgan, finalmente la cerró dejando a los otros tres allí dentro.

El mercenario rodó un poco la vista golpeando el piso con su pie continuamente, rogando a su diosa a que le de alguna idea para que no estén deprimido del encierro a los dos niños que debía cuidar. —¿Quieren jugar a algo? — Dijo, pero solo logró llamar la atención del ángel, el elfo seguía viendo por la ventana. 

El ángel miró a Link y comenzó a jalarle la ropa con una sonrisa. —Juguemos a la escondidas!—Ofreció Pit en un tono alegre. —La casa es muy grande y jugar se hace divertido. ¡Qué Ike cuente! 

—Contaré si así lo desean— Dijo Ike con una sonrisa forzosa en su rostro, ahora recibiendo la atención del rubio. —¿Vas a jugar? 

Link miró al mayor, para después dirigir una sonrisa perversa en su rostro. — Claro. — Se puso de pie, parecía estar tramando algo. — Tienes que contar hasta tu edad. 

El cabellos azules asintió cubriendo su rostro, se podía escuchar un par de susurros que Link les dio a Pit, el angelito obediente, corrió a hacer lo que el elfo había dicho, fue a esconderse en el ático, y Link, el se escondió en el sótano. 

Eran los lugares que más daban miedo en aspecto en la casa. 

—23. . . 24. . . 25— Decía Ike un poco aliviado por terminar de contar su edad, miró los alrededores de la casa, pero era obvio que no estarían allí. 
Sin pensarlo se levantó y revisó las habitaciones pero, no había nadie en ni una habitación. 
Pensó en la cocina, para tampoco había señales de que los niños estuvieran allí. 

De repente la lux del pasillo al sótano se prendió, el cabellos azules reaccionó de un salto mirando el lugar, sabía que debía fijarse allí, pero el temor le impedía caminar. 
Se acercó hacia la puerta del sótano, podía escuchar ruido de agua fluir, metales chocando, ruido de cajas. . . Aun que no parezca, Ike era un joven muy temeroso. 
Suspiró un poco consiguiendo valor, bajó el interruptor para iluminar el camino de las escaleras, unas . . . Muy largas escaleras. 

"Los niños me contaron una historia" 

La voz de Marth resonaba en su mente. 

"Dónde en el sótano hay cadáveres de militares donde cobran vida" 

Volvió a sonar con una artículo diferente, era lo que le había contado su mejor amigo antes de dormir. 

Tragó saliva comenzando dejar caer su primer paso en el primer escalón, sabía que no era lo más conveniente, quizás los niños estaban en otro lugar, pero no podía dejar pasar un lugar de largo. 
Al comenzar a bajar por los escalones comenzaba a oírse una caja músical, reproduciendo una música indefinida, su corazón se aceleró, pero comenzó a bajar más rápido para buscar y salir de allí de la forma más veloz posible, pero al querer bajar rápido tropezó, cayéndose por esa larga escalera. 

Cuidandote a mi manera.Where stories live. Discover now