Mark se encontraba recostado en la habitación de huéspedes, el resto del día había pasado con normalidad después de ese encuentro con Daniel, pero por alguna razón no se podía sacar de la cabeza a ese chico.
***
Ese día por la mañana era el primer verano de Daniel en esa nueva casa, el castaño estaba emocionado por que sabía que cada verano en la casa de enfrente llegaban los parientes de la Sra.Singh y eso significaba que llegaba Mark, ese chico que Daniel no se sacaba de la mente desde hace seis años que lo conoció.
En ese momento le llegó un mensaje de uno de sus mejores amigos mientras él estaba recostado sobre su cama.
[Mensaje de Thomas]
>Ya estoy de camino a tu casa para jugar videojuegos, por cierto, Nick viene conmigo. Te veo a las doce.
—No lo recordaba —Se revolvió su cabello— No, hoy no, si se enteran que viene el chico que fue mi primer amor no me la voy a acabar.
Thomas era el mejor amigo del castaño al igual que Nick, no había nada que uno no supiera del otro.
Miró el reloj que marcaba que eran las once con cincuenta y siete, suponía que sus amigos ya deberían de estar por llegar. Cómo si los hubiera invocado el timbre sonó, de inmediato el castaño bajo corriendo a todo velocidad para abrir la puerta, lo cual fue demasiado tarde ya que los dos ya estaban adentro.
—Dani~ hemos llegado —Thomas entro a la casa con su típica sonrisa que había que en sus ojos se formaran dos medias lunas.
—No por que sean mis mejores amigos pueden entrar así a mi casa.
—A tus padres no les molesta, nos consideran parte de su familia —Sin tomarle mucha importancia Thomas le revolvió su cabello.
—¿Dónde dejo el helado? —Esta vez fue Nick quien habló, parecía que sus manos ya estaban entumidas debido al bote de helado que traía.
—En la mesa —Le señaló—. Bueno, vayamos a mi habitación.
Minutos más tarde se encontraban los tres amigos jugando videojuegos, era el turno de Thomas y Nick así que el dueño de la casa solo se limitaba a observarlos hasta que afuera se comenzaron a escuchar ruidos, suelen decir que la curiosidad mato al gato. Daniel no aguanto más decidiendo asomarse por la ventana, en ese momento pudo ver lo que había esperado estos últimos años.
Ese chico alto, con una tez blanca y un cabello oscuro como un anochecer de invierno, era simplemente el chico que conoció cuando tenía seis años.
Daniel estaba tan metido en su transe que no se percató de que este chico lo estaba viendo, de inmediato cerró las cortinas como si hubiera visto algo fuera de lo normal, lo cual por supuesto no paso desapercibido por sus amigos.
—¿A caso ahí afuera había un fantasma? Casi te caes—Nick lo miró aguantando la risa.
—N-no es nada…
Trato contener las ganas de volver a asomarse pero fue en vano ya que volvió a abrir las cortinas, esta vez el chico lo estaba observando y Daniel no pudo evitar quedarse embobado con esos ojos que lo miraban, su rostro empezaba a arder y teñirse de un color rojizo, esos pocos minutos en que tuvieron contacto visual fueron como años para el castaño.
De repente el rubio decidió entrar a su casa con una mirada indescifrable. Cerró las cortinas y al voltear se encontró con un Thomas parado justo en frente de él con el entrecejo fruncido.
—Me preguntó que hay allá fuera que hace que nuestro Daniel se sonroje.
—¿Quién está sonrojado? Estás loco —Rápidamente busco cambiar el tema— ¿No les gustaría algún bocadillo? —Mencionó nervioso mientras salía de la habitación.
—No cambies el tema —Nick lo siguió cruzado de brazos.
—No estoy cambiando el tema, aunque ¿No tienen hambre? Con este calor un helado sabría delicioso, tendré que ir por uno ya regreso.
—¡Pero si hemos traído un bote! —Thomas le gritó pero esto fue demasiado tarde ya que cuando menos vieron Daniel ya se había ido.
Al llegar a la tienda el castaño se encontraba en el área de productos congelados, escogió el sabor que le apetecía así que fue a pagar, en la caja vio a ese chico rubio con el que había intercambiado miradas por la mañana, parecía que esté estaba en apuros. Sin pensarlo el menor fue hacia el chico.
—Disculpé, yo pagaré por eso.
Al salir de la tienda había un silencio incómodo, en esa situación Daniel decidió hablar primero.
Intercambiaron algunas palabras sobre lo sucedido, el castaño parecía estar tranquilo pero en realidad por dentro se moría de los nervios. Mark parecía ser un chico tranquilo y en parte tímido lo cual le daba aún más curiosidad a Daniel.
El castaño sonrió y se dio la vuelta para entrar a su casa, no podía evitar curvar sus labios de esa manera. Al entrar a su casa se encontró con sus mejores amigos esperando una explicación al parecer habían observado todo desde la ventana.
Parecía que iba a ser una larga tarde para Daniel contestando al interrogatorio de sus mejores amigos.
Su sonrisa se fue parcialmente borrando al ver las expresiones en el rostro de sus amigos.
—Mira quién ha llegado Nick —Thomas exagero el tono en sus palabras.
—Es Daniel quien parecer estar enamorado —Agregó el menor de los tres.
—¿A quién estás llamado de esa forma, eh?
—No nos engañas Daniel, ¿Quién era ese chico con el que estabas afuera? ¿Y por que lo mirabas como si fuera tu noviesito? —Thomas le echó en cara para que su amigo les contara todo.
—No sé de qué están hablando, definitivamente vieron mal —Se rascó su nuca mirando a otro lado.
—Yo también lo ví y lo mirabas como cuando Thomas mira a Isabella todo el tiempo en la escuela.
—¡Guarda silencio Nick! Yo no miró a nadie de esa forma —Para ese momento las mejillas del de cabellos azabache de habían sonrojado ligeramente.
—Todos sabemos que te gusta Isabella, no puedes ocultarlo —De forma astuta Daniel aprovecho la oportunidad para cambiar el tema pero por supuesto que Thomas había detectado sus intenciones.
—Como sea, no estamos hablando si me gusta alguien o no, nuestro tema central es saber con quién hablaba Daniel y por qué desde hace rato lo miraba por la ventana —Thomas le sonrió victorioso— Recuerda que somos tus amigos y es un poco triste que nos ocultes algo Dani —Agregó en un tono comprensivo y calmado.
—Hmm… —Suspiro el castaño, no había nada de malo si les contaba sobre aquel chico, eran sus mejores amigos y en cierto modo les quería decir y expresar su felicidad— Bueno, está bien —Se rindió.
—¡Que bien! Por fin nos vas a decir cómo se llama tu novio —Nick soltó una risita.
—En primera: no es mi novio —Su voz salió un tanto desanimada— Ese chico de allá afuera se llama Mark, hasta donde sé, lo conocí en el verano de mis seis años.
—Ah, entonces ya se conocían —Lo interrumpió Nick mientras Thomas solo escuchaba atentamente.
—Mmm… Algo así, yo de pequeño no era la persona más sociable o amigable del mundo, no me interesaba tener amigos, por eso lo trate muy mal, siempre lo ignoraba y fingía que no me importaba su presencia, fui un tonto. Desde ese entonces supe que solo venía los veranos a Australia, pero desde ese verano no lo pude volver a ver por qué me cambié de casa, quería ser su amigo y expresar mis sentimientos pero no tuve la oportunidad de hacerlo adecuadamente —Daniel parecía frustrado al decir aquello, como si estuviera recordando ese verano tan nostálgico.
—Sabes que no es tu culpa, en ese entonces solo tenías seis años y has cambiado bastante, ahora eres una de las personas más amigables que conozco y ese chico debe de estar muy feliz de volver a verte —Thomas se acercó para darle unas palmaditas en el hombro tratando de reconfortarlo.
—Pero dudo que él me recuerde, jamás le dije mi nombre, quizás me a olvidado ese chico que fue mi primer amor… —Se encogió de hombros.
—Te aseguro que no eres una persona que las personas olvidan fácilmente —El menor agregó mientras sonreía— Ves, te lo dije Thomas era el chico que le gustaba, me debes unas papitas —La expresión de Nick cambio rápidamente a una llena de satisfacción.
—Esperen… ¿Apostaron para ver quien era ese chico?—Daniel les preguntó incrédulo mientras ponía una mano sobre su pecho fingiendo indignación.
—Bueno, eso no importa Daniel —Thomas se rio en un tono nervioso— Aquí la verdadera pregunta es si te sigue gustando ese chico.
—No lo sé… —Así es, no sabía si aquel chico seguía haciendo que su corazón se pusiera como loco.
En ese instante el teléfono de Thomas sonó interrumpiendo la conversación, este contesto mientras Nick y Daniel lo miraban curioso.
—Mamá dijo que tenía que regresar a casa, además también debo de llevar a Nick a la suya —Les dijo al terminar la llamada.
—Adiós, no vayas a secuestrar a ese chico mientras no estamos —Nick se burló.
—Algún día tendrás que presentarnos a ese muchachito que te trae loco, necesitamos saber qué clase de chico es el futuro novio de nuestro Dani —Thomas le sonrió de forma sugestiva— Nos vemos.
Daniel cerró la puerta de su casa suspirando y agotado de ese día, había sentido muchas emociones en tan locas horas que lo único que quería era descansar, aparte sus padres habían asistido a una reunión así que no tenía caso que los esperara despierto. Se recostó en su cama y se puso a pensar en la pregunta que Thomas le había hecho “¿Te sigue gustando?” No había visto a Mark en siete años, pero que siguiera pensando en él era raro, ¿Eso quería decir que le seguía gustando?
Pensó en eso por algunos minutos hasta que poco a poco fue cerrando sus ojos, haciendo que cayera en un profundo sueño
Mientras tanto en la casa de enfrente la tarde para Mark había pasado con normalidad aunque no se podía sacar al chico que pago por él. Tenia tantas preguntas en su cabeza pero ninguna podía responderla con certeza.
—Mark vamos, baja a cenar —Fue la voz de su madre interrumpiendo sus pensamientos.
La cena de la familia Singh transcurrió con normalidad, a excepción de un tema que llamo la atención del canadiense, el cual era la historia de como sus padres se habían conocido y enamorado. Se puso a pensar, ¿Qué hubiera pasado si su padre no hubiera tomado el vuelo equivocado? Quizás no habría conocido a su madre y quizás nunca se hubieran conocido y ni siquiera existiría él.
Sus padres llamaron a ese encuentro una “coincidencia”, pero Mark se preguntó, ¿Las coincidencias en verdad existen? ¿No todas esas “coincidencias” llevan a un mismo lugar? ¿No es prácticamente el destino quien crea lo que la gente llama “coincidencia”?
Al terminar de cenar subió hasta su habitación temporal ya que solo estaría dos semanas en Australia y regresaría a su vida normal en Vancouver.
La noche cayo en la casa de los Singh, Mark se encontraba recostado en su cama listo para ir a dormir.
Esa noche Mark soñó con aquel pequeño que conoció a sus siete años, esa sonrisa hermosa que tenía el menor, pero lo raro es que ese sueño acabó con el rostro de Daniel.
Despertó desconcertado, mientras se preguntaba ¿Qué tenía que ver ese niño frío con Daniel ese chico amable y dulce? No se parecían en nada a excepción de que los dos tenían esa hermosa sonrisa, pensaba Mark.
—¡Ahh! En que estoy pensando —Se dijo así mismo revolviendo su cabello.Nao
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¿Coincidencia O Destino?
Teen FictionFue un día de verano cuando vi su sonrisa por primera vez, tan brillante que me preguntaba si el sol se encontraba celoso, sin embargo, solo recibí invierno de su parte. Fue un día de verano donde conocí su nombre y la calidez de primavera que su no...