Tic, Toc

Prologo

Toda mi vida ha sido la cosa más aburrida que viví en todos estos años.

No hay nada, nada siquiera interesante o fuera de lo normal de lo que me gustaría alardear. Nada que me haga sentir como si realmente estuviese viviendo, como si disfrutara del regalo más importante que se nos da: la vida.

No me malinterpreten. No tengo depresión, ni ningún pensamiento suicida o de ese estilo, pero a veces siento que mi vida no tiene sentido.

¿De que sirve vivir si no se nos permite hacer lo que más deseamos con nuestra vida? ¿De que sirve tener una vida si, al final de todo, va a terminar como una rutina? Como robots, que hacemos sin parar los mismos movimientos. Las mismas acciones, las mismas personas, la misma casa, los mismos lugares, los mismos pensamientos.

Nada cambia, es una rutina.

¿Es esa la vida que quiero? ¿Es esa la vida que debo aspirar? ¿No puedo vivir? ¿No puedo querer cambios? ¿No puedo aspirar a algo mejor?

La sociedad te hace creer que no. El pueblo donde vives, desalentadoramente atrapante, no te lo permite. Las personas de mente cuadrada y cerrada no te dejan, lo diferente es malo. Lo diferente debe ser erradicado.

Todos debemos ser iguales. No te vistas diferentes, no pienses diferente, no hagas nada diferente.

No seas diferente.

Ni se te ocurra sentir diferente. Es lo peor de todo. El peor error, el peor castigo.

Ni se te ocurra sentir algo diferente a lo que sienten los otros en aquella sociedad asfixiante porque serás juzgado como el peor.

Ni se te ocurra.

Todos somos máquinas, nadie puede cometer ningún error.

Porque si no, eres una maquina rota.

Y las máquinas rotas son desechadas en el basurero.