D O S

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-¿Nix? ¿Nix, qué ocurre? –Audrey entró corriendo a la salita al verme tirada en el piso, con los ojos hinchados y las manos temblorosas.

-Will –conseguí decir antes de ponerme de pie-. Audrey, debo ir a la escuela de Nix, lo siento.

-Pero... -iba a protestar pero se calló-. ¿Le pasa algo malo?

-Desapareció, debo ir –iba a salir corriendo pero ella me agarró-. ¡DÉJAME SALIR! ¡DÉJAME IR A VER A MI WILL! –nunca en mi vida, había chillado de esa manera.

-¡CÁLMATE! –gritó de vuelta.

-¡¿CÓMO QUIERES QUE ME CALME SI MI HERMANO ESTA O HACIENDO ESTÚPIDECES O SE LO LLEVARON?! –o le seguía chillando o le golpeaba y salía corriendo.

-¡ES UN NIÑO! ¡SABRÁ CÓMO SOBREVIVIR!

-¡ES MI JODIDO HERMANO!

-¡DEBE APRENDER A VIVIR! ¡DÉJALO IR! –le golpeé lo más fuerte que pude en la mejilla, me cansó, no tengo paciencia y menos si se trata de mi hermano.

-¡ES UN NIÑO PEQUEÑO, DIOS! –me salí de su agarré al sentir que ya forzaba y se agarró la mejilla.

-Perra –espetó con furia.

-¿Yo? No cariño, tú serás la perra que no puede evitar pensar que está enamorada de mí y se debe acostar con gente que ni conoce para "Olvidarse" ¿Quién es la perra aquí? –la miré por última vez, bajo la mirada y por un momento me sentí mal, pero volví a enfocarme en Will.

Salí de la salita con la cabeza en alto, sin importar mis manos que aun temblaban, mis muecas tratando de ocultar el dolor y mis ojos hinchados. No me importó el delantal del Local, me daba igual todo, solo quería a mi hermano.

Nuevamente sonó mi móvil y contesté de inmediato.

-Señorita... -susurró la misma voz, la profesora-. Debe venir con urgencia.

-No diga más, iré de inmediato –traté de parecer una tipa dura. Corté la llamada y me eché a correr como si de eso dependiera mi vida, además, son solo dos minutos de distancia en auto, unos cinco minutos a pie.

* * *

Había policías de investigaciones por todas partes, tenían cara de angustiados y no dejaban de ir de aquí para allá. Traté de detener a alguno para preguntar qué ocurría pero nadie podía atenderme en esos momentos.

Saqué el móvil y llamé al número de la profesora, al segundo tono, contestó.

-¿Está aquí? –simplemente preguntó sin que le dijera algo antes.

-Sí, estoy en el Hall –respondí.

-Pase a la oficina de la directora, es ahí donde nos encontramos

Corté la llamada y me eché a correr por el angosto pasillo de las diversas oficinas. Al llegar al fondo, estaba la oficina de la directora, se encontraba ella, una joven más y un policía de investigaciones.

-Posiblemente las cámaras fueron "Hackeadas" para no ser buscados –bufó el policía.

-¿Pero cómo podría ser? Si en una de las cámaras se ve y a la siguiente no –susurró la Directora, todo su ser emanaba angustia, miedo y ansiedad.

-¿Qué hay en medio? –preguntó el policía.

-Eh, el teatro –respondió la joven. El policía tomó su radio que estaba colgado justo en su hombro y comenzó a hablar.

-Busquen en el teatro, baños e incluso cafetería –susurró y luego ojeó la oficina, como si estuviera buscando respuestas. Se agarró el poco pelo que tenía y miró a la puerta, donde me encontraba yo-. Usted debe ser Phoenix Hamilton, hermana de Will –entreabrí solo un momento la boca, esperando que surgiera una respuesta, pero nada, simplemente asentí con la cabeza.

Nuestros Mundos Bajo FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora