7nth shot (dean y tu) MARATON 1

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Era de noche y los chicos todavía no habían vuelto, me sentía muy sola en aquel frío y gran búnker.

Había dejado de preocuparme por ellos, antes, me ponía nerviosa si venían más tarde de las 11 y me quedaba derpierta hasta que volviesen, pero ahora me había dado por vencida, había asumido que metida allí no podía hacer nada por ellos así que aguantaba despierta hasta las 12 y me dormía y rezaba por que a la mañana siguiente los viese sentados en la cocina desayunando.

Pero hoy ha sido diferente.

00:00

Miro el reloj una vez más y seguido miro hacia la puerta, nada. Dejo el reloj donde estaba y me dirijo a mi habitación. Me pongo el pijama me lavo los dientes y suspirando me meto debajo de las sábanas de la grande y vacía cama.

2:00

Me despierto de golpe.

Miro asustada a mi al rededor y me doy cuenta de que solo ha sido una pesadilla.
Me vuelvo a tumbar sobre la cama, me pongo la mano en la frente y intento volver a controlar mi respiración. Miro hacia la derecha y veo que la cama sigue vacía. Miro a la izquierda y veo que el reloj indica que son las dos de la mañana. ¿Dónde estarán? Me pregunto.

Sin hacer ruido saco cuidadosamente las piernas de debajo de las sabanas y me dispongo a salir por la puerta. La abro y solo veo oscuridad, ando un poco por la fría madera mientras esta chirría hasta que encuentro en interruptor de la luz. Lo presionó pero la luz vagamente parpadea y se vuelve a apagar.

¿Sam? ¿Dean?- preguntó sin obtener respuesta.

No se porque pero mis sentidos se ponen alerta y cojo lo primero que encuentro que es este caso es un viejo y oxidado jarrón sin nada dentro.

Pisada tras pisada suavemente voy  avanzando por el largo pasillo hasta llegar al amplio salón. Oigo un ruido y rápidamente me giro en dirección a donde provenía, el baño.

¿Sam? ¿Dean? Vuelvo a preguntar otra vez sin obtener respuesta alguna.

Con el jarrón bien en alto, me dirijo al baño y giro el pómulo de la puerta con sumo cuidado y miro en el interior.

¿Dean? Grito confusa. 
Nada más abrir la puerta veo la espalda de uno de los chicos frente al espejo. Me acerco más y veo que el lavabo está lleno de gasas llenas de sangre.
-Dios mío Dean- grito- ¿Qué te ha pasado?- le pregunto dejando el jarrón en el suelo.
- Nada, lo siento no quería despertarte- me dice sin mirarme.
Noto por su voz que algo no va bien a parte de que tiene un jodida herida de bala en el brazo.

-¿Despertarme? No digas tonterías y ven que te ayudo.- le digo como si de un niño pequeño se tratase.
Lo llevo suavemente hasta el salón donde lo siento en el sofá y vuelvo corriendo al baño a por aguja, hilo y algo para desinfectar la herida.

- ¿Cómo te has hecho esto? ¿Y donde esta Sam?- le pregunto preocupada mientras mojo un algodón en alcohol.

- Pues... parece ser que lo les hemos caído nada bien a - se calla y hace un gemido de dolor - cuidado!

- venga anda no seas quejica, te he visto con heridas peores.- le digo nada más sacarle la bala.- bueno y donde esta Sam?

- Sam está arreglando un asuntillo pero no te preocupes.- dice como si nada

- ¿Qué no me preocupe?! Vienes a las dos de la mañana sin decir nada con una herida de bala que pretendías cúrate tu solo y sin tu hermano y me dices que no me preocupe?- le digo furiosa pero manteniendo la calma

Dean se queda callado.

- no vas a decir nada?- le pregunto, de verdad que a veces parece que tiene 5 años.

- Dean venga dime que ha pasado- le pregunto suavemente.

- se han llevado a Sam- dice sin mírame

- quienes?- pregunto preocupada

- demonios- dice furioso, hace el amago de levantarse pero yo se lo impido ya que tengo que terminar de coserle la herida.

- todavía tengo que coserte, si no quieres acabar desangrándote- digo

Sujeto suavemente su fuerte brazo, esterilizó la punta de la aguja y pasó el hilo por el ojal, ahora Dean me mira y eso me hace sentir mejor pero a la vez me pone algo nerviosa, y no consigo enhebrar la aguja. Dean sonríe y me quita la aguja para hacerlo el.

- que patético que sea el herido quien me ayude a mi- digo avergonzada

- tranquila, no es fácil- Dice devolviéndome la aguja.

Rápidamente cosí su herida mientras Dean bebía de la botella de vodka. Lo vende bien y termine.

- ya esta- dije orgullosa de haberlo conseguido, no era la primera vez que les cosía alguna herida pero una nunca se acostumbra.

- Gracias- dijo Dean recostándose en el sofá mientras intentaba acabarse la botella. Pero no le deje, se la quite rápidamente de las manos. Bebí un sorbo y la guarde en su sitio. Tenía que hacer que Dean dejara de beber tan a menudo.

- eh! Porque has hecho eso? - pregunto, ya se le empezaba a notar el efecto del vodka.

Lo levante como puede del sofá lo agarre por la cintura y comenzó a arrastrarlo hacia el cuarto.

Llegamos a duras penas y callo como un peso muerto sobre la cama. Me subí a la cama, le quite las pesadas botas y las tiré al suelo, comencé a desabrocharle el pantalón, pensé que ya se había dormido cuando me sorprendió su grave voz:

- no me invitas ni a un café antes?
- calla anda, no me hagas arrepentirme de haberte sacado esa bala.- digo acabando de soltarle los vaqueros.

Se los saco rápidamente, le miro y veo que me esta mirando. La verdad en que entre Dean y yo siempre a habido algo, no sé muy bien el que pero siempre notaba esa electricidad que sientes de adolescente cuando un chico te toca o dice algo bonito, pues eso me pasaba con Dean.

Para cuando me doy cuenta de que llevaba demasiado tiempo encima suyo ya era tarde, Dean me había agarrado con sus piernas y obligado a tumbarme encima suyo.

- quédate- me susurra al oído con voz ronca mientras me aparte el pelo.

Lo miro a los ojos digo:

- vale- con una sonrisa, y en ese momento mi cabeza se apoya en su fuerte pecho  y me quedo dormida.

Este a sido el primer capituló del maratón, espero que os haya gustado, mañana publicaré la segunda parte, estad atentos y comentar con lo que os haya parecido!

Besos 💋

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