Provocadora (Dipper Pines y tu)

💫diecisiete💫

Sentí que se removían a mi lado y vi a ___, ella tenía el ceño fruncido y no paraba de moverse. Me destapé y me senté en el borde de la cama, tallé mis ojos aun sintiendo sus movimientos detrás de mí.

- ¿Ya te vas? –murmuró ella a mi espalda cuándo me levanté de la cama. Volteé, y ella estaba sin sujetador.

De inmediato me cubrí al cara con las manos, sintiendo mis mejillas arder.

- ¡Vístete! –le dije, escuché el colchón rechinar y sentí a ella cerca de mí.

- ¿Por qué? Ya los has visto, tocado y hasta besado. –solté un quejido, me avergonzara que me recordara aquello. – Anda.

Quité lentamente mis manos, ella sonrió y dejó un beso en mi boca, tomó mi mano y las puso en sus pechos, pegándose a mí. ___ soltó un jadeo cuándo di un apretón. Separé mis labios de los suyos para luego bajar mi boca hasta sus pechos. Ella soltó un gemido y sonreí contra uno de sus pezones.

- ¡Bajen a desayunar! –escuché que gritó Mabel desde el pasillo. ___ hizo un puchero y le di un beso en los labios ante de separarme de ella.

Se colocó el sujetador y mi playera por encima de ésta. No se molestó en colocarse sus shorts, simplemente tomó un bóxer limpio y se lo colocó. Pasé mi brazo alrededor de sus hombros antes de salir de la habitación.

Desayunamos panqueques, Mabel estaba metida en su teléfono, el tío Ford leía el diario y el tío Stan estaba hablando por teléfono con alguna persona. Pato estaba sentado al lado de Mabel, ella le tendía panqueques y el cerdito los comía.

___, apenas terminó de desayunar se apoyó en mi hombro.

Mabel nos miró sonriendo para luego hacer una foto, al parecer ___ se había dado cuenta de eso entonces besó mi mejilla justo cuándo el flash me dejó ciego. ¿Es necesario? ¡estamos a plena luz del día!

Ese día era sábado. Mi hermana salió con su novio y mis tíos fueron junto a Soos a buscar no-sé-qué en las afueras del pueblo.

- Dippy... -gruñó ____, la miré y ella estaba tendida en el suelo. – Me siento mal, ven. –extendió los brazos y me levanté del sillón para acercarme a ella.

- ¿Qué? –pregunté, cuándo se acurrucó en mi hombro.

- Te quiero. –dijo en tono mimado, subiéndose encima de mí, poniendo su cabeza en mi pecho.

- Yo también te quiero. –le dije, pasando mis brazos por su cintura.

Ella levantó su cabeza para darme un beso en los labios, para luego volver a acomodarse.