era necesario

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-no te muevas Dan - susurré, me agaché y me acerqué a él, no quería y no es que pudiera disimular lo asustada que estaba, si era uno de ellos o más, significaba el fin.

Su mirada y la mía estaban fijadas en el espacio que se hacía de la puerta entre abierta, solo se distinguían algunas mesas, papeles y polvo, la única luz que teníamos era la que entraba por las ventanas.

-Yuni - dijo mirándome, más no aparté la vista de la puerta -yuni estamos bien- me apretó la mano, pero no logró tranquilizarme, y él sabía que no estaba seguro de aquello.
Los golpes eran aún más altos cada vez, y los gritos, parecía si estuvieran torturando a una mujer, porque se escuchaba como una mujer.

No pude evitar llorar, me lleve las manos a la boca
-¿yuni?- volvió a cogerme una mano - sigo vivo no tienes que llorar por mí -lo dijo tan serio que aquello me hizo gracia, y le sonreí, no dejaba esa vanidad pero estaba claro que su objetivo era hacerme reír, incluso cuando estábamos a punto de despedirnos de esa manera.
-Si esa cosa nos encuentra al menos teníamos que llevarnos bien no es así?
-Aceptalo Yuni, también estás loca por mí y no quieres admitirlo aún - no entiendo cómo podía decir eso en un momento así, era completamente desagradable
-Dan, si no te callas ya, dejaré que esa cosa te mate a ti primero, acabará con esos músculos que te cargas - algo dentro de mi quería bromear también, incluso llorando, pero esa pequeñísima aura de tranquilidad se esfumó en cuanto un grito se escuchó justo tras la puerta.

-Daaan!!- grité aterrorizada
El solo me apretó la mano con fuerza lo que me recordó que al menos el estaba conmigo.

De un golpe esa mujer se tiró contra la puerta y cayó al suelo boca bajo a penas unos 3 metros de donde estábamos tirados, me quedé paralizada al ver aquella mujer allí, tenía la piel de los brazos rota, como si le hubiese caído ácido, su cara tenía aberturas en las mejillas y parte del cuello, como si alguien le hubiera arrancado bruscamente con pinzas enormes pedazos de carne, sus pies descalzos no tenían forma, estaban fracturados junto con su pierna izquierda, además de las heridas inexplicables que tenía tanto en las piernas como en la espalda, su ropa estaba desgarrada. sea lo que sea no era un verde, pero ningún ser humano podría aguantar estar vivo en esas condiciones. No podía moverme, no dejaba de mirar aquella escena.
Dan al ver eso, pegó un grito aún más irritante que el de la mujer
-Dan! Tenemos que irnos! Puedes moverte!? - grité desesperada
Tuve que moverle un poco para que reaccionara, no podía dejar de ver a la mujer con la boca casi cuadrada, y sus ojos que comenzaban a llorar
-Dan! Me escuchaste!? - le empuje mientras veía a la mujer moviéndose en el suelo, queriendose levantar.
En ese momento la mujer gritó, sus gritos de dolor me dejaban aturdida, y Dan gritó nuevamente al escucharla.

Estaba tan asustada que no me di cuenta que comencé a llorar, Rogandole a Dan irnos mientras jaloneaba de el, pero me di cuenta que el también estaba llorando sin dejar de mirarla, su llanto era más inquieto, y su respiración más acelerada.

Ver a Dan en ese estado, me hizo tomar valor, quizá no era un chico sencillo y se pasaba de vanidoso, pero era una persona y me comenzaba a caer bien, sea como sea tenía que intentar hacer algo.
Quité mi mano de la de él y a pesar de que la mujer hacia intentos fallidos por levantarse, tome uno de los cristales en forma de pico de la ventana que aún estaban puestos a punto de caer y me acerqué a la mujer y cuando estaba ya a medio metro me tire hacia ella y le enterré con fuerza aquel cristal en la parte trasera de su cuello y me quedé presionandolo hasta que dejó de moverse.
Justo ahí mi respiración era igual de rápida que la de Dan, quité fuerza del cristal y deje salir un suspiro, miré a Dan y su expresión había cambiado totalmente, esta vez era una cara de profunda tristeza.

-ahora si puedes decirme que estamos bien - intente decir algo a penas con ánimos para tranquilizarlo.
Pero solo fijó los ojos en el suelo sin decir nada y sin cambiar esa pesada expresión de su mirada.

Me acerqué a el
-Dan, mírame - tome su barbilla con la punta de mis dedos con el objetivo que me mirara - me caes gordo si - afirmé - pero prometo mantenerte vivo, al menos que te recuperes, tomaré el papel de hombre están vez de acuerdo? - en mi cara se formó una sonrisa, pero se desvaneció cuándo Dan tiró de mi y me pego a él, me abrazó y comenzó a llorar.

-esta bien, y seguiremos estando bien, aquí voy a estar.
-Yuni
-¿si?
-me cuesta decirte esto, pero gracias. Era necesario hacerlo.
No mencioné ninguna palabra, no entendí que quizo decirme, solo me quedé ahí, abrazándole con fuerza hasta que después de un momento habló
-crei que no la vería de nuevo
-¿de que hablas?- me aleje sin soltarle para ver su cara
-era mamá.

HASTA QUE TE VALLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora