Dos niñas

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Ya entiendo porque quería venir aquí. No es la gran cosa pero basta para pasar la noche, tenía dos grandes ventanas con cristales en pedazos a un costado que daba hacia el parque, teníamos vista de las cuatro calles que pasaban al rededor de la plaza central, las sillas estaban amontonadas en un rincón y las mesas las habían sacado, estorbaban mi paso al llegar, solo estaba la mesa del profesor, parecía pesada, y encima tenía una maleta, dejé a Dan sobre un montón de papeles tirados bajo las ventanas
-no te muevas - le amenacé
-como si pudiera- dijo entre quejoso y burlándose en lo que se acomodaba - en la maleta, hay un bote de agua, una cartera, y un botiquín, los he conseguido antes de haber llegado aquí.
Me lo quede mirando seriamente y miré hacia la maleta de nuevo,
-que no te muevas ni hables, veré qué carajos te doy.

Me levanté y abrí la maleta, efectivamente había un bote de agua, la botella más vieja que había visto, una billetera solo con dos monedas y el botiquín, -¿enserio Dan? Pensé, al menos podría costurarlo y desinfectarlo

-porque me tratas así? -pregunto tras mi espalda
-¿Como así? - dije sin mirarle
-hace un rato llorabas por mí

Cogí la caja de agujas e hilo con el alcohol y me giré de pronto aventandome hacia el
-No lloraba por ti, estúpido ahora cállate y muerde ésto.
Le metí un pedazo de tela en la boca que al parecer era para la higiene del salón, no estábamos para buscar el mejor trapo limpio.

-es mi primera vez haciendo esto y si te mueves probablemente acabes con agujas enterradas.

No dijo absolutamente nada, y a pesar de que se hacía el fuerte yo sabía que tenía miedo, pero no más del que yo sentía.
Preparé la primera aguja y le quité la sudadera de la herida, su piel estaba pegándose a la tela, quizá del dolor ya no podía sentir más, me dispuse a terminar de costurar, no era más que 6cm pero era un desastre.

-listo- hice una mueca de enfado pero en realidad no lo estaba, me sentía segura de no estar sola.
-¿y tu familia? - preguntó tranquilamente sin abrir los ojos
-¿Mi familia?, Supongo que están bien, no logré hablar con ellos después de esto, solo te encontré a tí, ¿y que me dices tu? ¿Como te hiciste eso?

Tocó su herida levemente - mi madre estaba conmigo en la mañana aquí mismo, prometimos no salir a menos que sea necesario, pero vimos a dos niñas, intentando esconderse del otro lado de la plaza, mi madre quizo detenerme para no ir por ellas, pero yo no soportaba la idea de ver cómo morían - en ese momento mi perspectiva de el cambió, atrás de ese atractivo y vanidoso Dan de la escuela, se encontraba un Dan sensible - ¿Fuiste por ellas?
- así es, convencí a mi madre diciéndole que podría ser yo el que estuviera en peligro y ella correría a salvarme si pudiera, no estaba del todo convencida pero fue conmigo, bajamos y tomamos el coche, mala idea! El sonido llamaba la atención, pero no estaba muy lejos, estando allá, mi madre se quedó en el carro y baje a buscar a las niñas,  con un cuchillo en la mano y mirando a todas partes antes de dar un paso, no las encontré y supuse que ya habían encontrado un lugar relativamente seguro por allí dentro, me di por vencido y regresé al coche, y mi madre - tomó mi mano que estaba apoyada en el suelo - uno de ellos la había encontrado.
-¿Un verde?
-un verde, si así les llamas, si la había encontrado
-lo lamento - no sabía que decir, baje la mirada y otra pregunta vino a mi
- ¿y cómo llegaste a tener esa herida?
-pues, no lo sé, tomé el coche, aceleré y solo recuerdo que venía llorando hacia aquí, de miedo y coraje, no me importaba si me encontraban, no recuerdo más nada solo que desperté y tenía el cuchillo enterrado y estaba varado ahí dentro, hasta que te ví.
Me quedé muda, el estaba como yo, no quería estar solo y un sentimiento de tristeza me invadió.
-hey que pasa, ¿sigues triste por mí?
Al escuchar eso esa tristeza se convirtió en coraje - ¿puedes dejar esa vanidad que tienes de una vez?
-la dejaré pero dentro de ti sabes que estás triste por mí y que no me vas a dejar.

Mi coraje aumentó, no se como lo hacía pero tenía razón, no podía irme y tampoco quería dejarlo allí.
No dije ninguna palabra y me levanté a observar por la ventana.
Me quedé mirando del otro lado de la plaza imaginándome a Dan buscando a las niñas en esas ruinas de concreto.

De pronto, un golpe distrajo mi pensamiento, venía de la puerta principal de la escuela -Dan!- susurré -Dan! Despierta!
- estoy despierto ¿que pasa? -hablaba sin abrir los ojos
- hay un v....- un grito me interrumpió y Dan despertó de golpe, el ruido venía de abajo.

HASTA QUE TE VALLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora