Capítulo 4

6 1 2
                                    

Tras despedirme de mi tía salí de mi casa completamente detrozada.

Sentí un vacío que se apoderaba dentro de mí, como si me hubiesen quitado otro trocito de alma.

Me dirigí a los timers y fue por primera vez cuando me fijé en ellos.
Se habían quitado el casco y por fin pude hacer un rápido analisis de cada uno.

Tendrían aproximadamente 22 o 23 años.

Uno de ellos era bastante alto, rozaría el metro noventa más o menos. Tenía un pelo rubio, y unos ojos azules bastante bonitos. Resumiendo, el chico por el que toda chica caería rendida a sus pies, yo sería la excepción que rompería la norma ya que ese no era mi prototipo.

En ese momento me sorprendí a mi misma y me volví a odiar otra vez por verme debatiendo conmigo misma si me iría con él a la cama. Pero más me sorprendí al ver como mi corazón se aceleraba cuando me fijé en el otro timer.

Él si que era mi perfecto prototipo, era muchisimo más atractivo, pelo moreno, y unos ojos de un color grisáceo, un poquito más bajo que el otro, aproximadamente un metro ochenta y cinco más o menos. Pero para sumarle más virtudes el chico llevaba una camiseta que demostraba que había entrenado bastante en el kilkstem. Me había afectado tanto que me quede mirándole como una boba hasta que comenzó a hablar.

-El camión debe estar al llegar. Ha ido a recoger a otros chicos y chicas de la zona.

En ese momento me di cuenta que él era el chico de la voz con un tono ronco y eso le había hecho sumar más puntos. Notaba como sus ojos estaban clavados en mí, posiblemente compadeciendose por lo que me esperaría una vez llegase el camión.

Mientras esperabamos se creó un momento bastante tenso entre los tres. Les pedí por favor si podíamos alejarnos un poco de lo que había sido mi casa, ya que el esperar tan cerca solo hacía que creciese el enorme agujero negro que se estaba creando en mi interior.

Nos alejamos unos trescientos metros y cuando estaba dispuesta a preguntarles sus nombres una enorme nube de humo se comnzó a ver a lo lejos del camino. Me imaginé que era el camión y comprendí que había acertado cuando aquellos dos chicos se pusieron el casco de nuevo.

Cuando llegó el camión me pidieron que me esperase apartada y fueron a hablar con el conductor y los demás timers de la furgoneta.

-Entiéndenos- dijo uno de los que estaban en el interior del vehículo.

-Hemos tenido que darle de comer y de beber, estaba desfallecida en su casa y a saber el tiempo que llevaba así.- susurró otro de los timers.

El chico de la voz ronca que había venido a recogerme dijo algo de que no podían perder más el tiempo y que tenía que montar ya.

Imaginé que alguna de las chicas estaría al borde de la muerte cuando la encontraron y se habrían entretrenido ayudandola, lo que suena bastante irónico cuando nos mandan a una institución que posiblemente sea nuestro último destino.

Pero cuando abrieron las puertas de atrás para que me subiese, lo que vi me dejó helada. Había dos chicos en un lateral, y allí, tirada en el último rincón aprecié como un perfecto tirabuzón rojo caía sobre el pálido rostro de una chica desmayada.

En ese momento, y con el último esfuerzo que me permitía mi voz acongojada, solo pude susurrar:

-Crystal...





Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 05, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Las pruebasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora