Tras los llamados "Días Oscuros", los hombres anhelaban por encima de cualquier cosa lograr la paz y la estabilidad.
Para ello, fue preciso dividir el gran Continente en cinco reinos distintos custodiado por cinco familias de noble linaje: los Flam...
"Un Moonlight siempre estará sentado en el trono".
La codicia y el poder han sido los dos grandes enemigos del ser humano desde su existencia. Ha corrompido, destruido y anulado a todos los hombres hasta lograr su propia destrucción. Esto fue lo que sucedió muchos años atrás.
El Continente vivía una época de gran esplendor que progresivamente fue menguando para finalmente desaparecer, desembocando en los llamados Días Oscuros. Estos fueron tiempos difíciles, pues miles de luchas se libraron por aquel entonces. La Gran Guerra, duró más de tres largos años matando a su paso a todo ser vivo.
Pero no todo estaba perdido.
En la batalla de las Luces Celestiales, un joven caballero de armadura negra subió a una pequeña colina, alzó su espada hacia el cielo nocturno e invocó a la Luna para que escuchase sus súplicas.
Según cuentan las leyendas, ésta proyectó sus rayos y su luz directamente sobre el muchacho iluminando su figura. Como si de un gran foco se tratase, todos quedaron asombrados ante aquella hazaña.
Comprendieron entonces, que se trataba de pura y auténtica magia; y ante él honraron su presencia y le ofrecieron sus respetos concluyendo así la Gran Guerra.
Este joven salvador pasó a la historia conocido por el nombre de Dominic Moonlight.
Para garantizar la paz y prosperidad venidera, se proclamó a sí mismo Rey de todo el Continente; dividiéndolo en cinco grandes reinos custodiados por cinco poderosas familias.
Pétrea, el imperio de las riquezas, piedras y gemas preciosas. Hogar de los Stonelessbon. Todo su poder residía en los tesoros excavados de destartaladas cuevas y acantilados.
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Gravilia. Tierra de sal y agua, de arena y rocas. Residido por los Collinsburg. Un gigantesco, oscuro y profundo océano la separa de la Capital del Continente. El mar, su mayor aliado.
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Ralistier, reino de Fuego y Cenizas. El reino en Ruinas. Habitado por los Flamigeon. Una antigua magia ancestral quedaba guardada tras sus fuertes murallas, siendo el punto de mira para los más recelosos de su poder. Ya no queda nada de este.
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Helium, imperio del Sol. Casa del respetado apellido Hamilton. Dinastía de noble linaje, el poder y la ostentación son el motivo de existir de esta familia. Su lema principal: "Nada se interpone en nuestro camino".
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Prayler, Reino de la Luna. Dominic Moonlight decidió que aquellas tierras serían su residencia, por tanto, el hogar de los soberanos reyes y herederos al trono. Nombró a Prayler como la Capital del Continente y de todos los reinos.
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El rey Dominic Moonlight dictó una norma que perduró hasta los actuales días. "Un miembro de la familia Moonlight siempre tendría derecho al trono", logrando así preservar el apellido real por toda la eternidad.
Todos los reinos disponían de su propia fuente de energía, con el objetivo de tener independencia y autonomía. De esta manera, no existirían conflictos por los recursos materiales y por consiguiente se minimizarían los riesgos de una segunda rebelión. O al menos, eso se creía.
