El estudiante

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Amaba la noche, las luces parpadeantes de los autos en las calles, las intermitentes de los semáforos, y cómo cada casa iba apagando sus luces para descansar. La rutina de las personas siempre era la misma, despertarse temprano, trabajar, estudiar, salir, y volver a casa antes de que sea lo suficiente oscuro como para que les pasara algo.

Y a él le gustaba observarlos, desde el edificio de sesenta pisos, el más alto de la zona. Las personas le eran como hormigas desde techo donde estaba parado mientras el viento le alborotaba el pelo y las ropas.

Esa era su última noche de libertad, tenía que volver a vivir la vida rutinaria de una persona normal.

-¿Llegaste? – le dijo a la presencia que sintió atrás de él.

-Si. – extendió la mano para agarrar una botella y empezó a beber con su querido amigo. – ¿cuánto falta?

-Ya nos vamos. – le dijo a Mark y salieron del lugar para ir al piso donde vivían, que quedaba cerca de la escuela, pero lejos de donde estaban en ese momento.

El gran departamento contaba con cuatro habitaciones, de las cuales dos estaban ocupadas, una cocina con una gran heladera y una sala de estar con juegos, televisor y todo lo que un chico podría llegar a querer.

Como eran estudiantes de una escuela nocturna, no tenían mucho para hacer en el día, así que la pasaban jugando o acostados la mayor parte del tiempo.

Mark salió del baño solo envuelto en una toalla mientras secaba su pelo rubio con otra. Su cuerpo delgado pero fornido era algo para envidiar, pero era algo que él no hacía.

-JaeBum, te vas a bañar? – miro la cara de su amigo que no tenía ningún tipo de cambio y le contesto.

-Claro.

Amaba su uniforme, camisa blanca con detalles en los puños y cuello, pantalón negro y saco negro con una cruz del lado izquierdo con el nombre de la escuela. Salió con Mark, sin hablar ya que los dos estaban con los auriculares y, cuando llegaron saludaron a algunas personas que conocían de años anteriores camino a sus asientos.

Cuando entro su profesor, le dijo que se sacara los auriculares y autorizó a que alguien entrara al salón.

-Él es el nuevo estudiante, preséntate. – se sacó los auriculares no porque no escuchara, sino por simple educación.

-Hola, soy Park JinYoung. Espero cuiden de mí. – algo en su cabeza le decía que había visto a ese chico antes, pero no sabía ni dónde ni cuándo.

El chico nuevo se sentó en el único asiento libre que era el que estaba al lado suyo y lo saludo con una inclinación de cabeza.

Apoyó su cabeza en su mano derecha y lo miro varias veces tratando de recordar de donde era que lo conocía y porqué la fragancia del perfume que llevaba le era tan agradable y familiar.

La nueva escuela le parecía extraña, los uniformes, aunque no eran feos, no era a los que estaba acostumbrado; tenía que llevarlo prolijamente por lo menos durante unos meses, era su última oportunidad. Le sonrió al chico que estaba sentado a su lado, aunque por dentro se preguntaba porque no dejaba de mirarlo.

Abrió su cuaderno de anotaciones, saco su pluma y empezó a hacer garabatos en las hojas mientras pensaba en todos los cambios que había sufrido en esos días, la expulsión de su anterior escuela, mudarse con su madre, y cambiar su vida por el horario de la escuela, cosas que hubiera preferido que no pasaran.

-¿Tienes una hermana gemela o algo? – el chico a su lado lo sacó de sus pensamientos.

-¿Eh? No, no tengo.

Vivir Olvidandote -FINALIZADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora