Capítulo 2

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Me muevo con desgana sobre el suave colchón, acaricio mi rostro con las sabanas y aspiro el suave olor a lavanda. Mmmm. Que comodidad, podría tener un orgasmo solo sintiendo lo suave de esta cama. Excitante. Me abrazo con ella y muevo mi mejilla sobre la almohada acariciándola está muy suave y no estoy bromeando para nada podría morir feliz aquí.

Un pequeño segundo...

¿Cómo es que la pequeña cama de Mickleo se ha convertido en una grande con sabanas suave? 

Abro los ojos de golpe para ubicarme en el lugar donde estoy, sorprendente, lo primero que encuentro es una techo enorme, una habitación enorme y una cama enorme. No es mi casa y lo sé con certeza, no es ninguna propiedad de mi padre y eso también lo sé con certeza ¿Cómo termine en este lugar? Me tapo la cara y tengo las mejillas heladas, ah si el aire acondicionado de la habitación se hace presente cuando me quito las sabanas de encima.

-¿Cómo es que tengo puesta otra camisa?- me pregunto en voz alta. Me toco la camisa azul y me la llevo a la nariz para olfatearla. Mmmm. Jazmín y melocotón si no me equivoco, una fragancia un poco extraña para una mujer... pero no para un hombre. –Mierda ¿me acosté con un desconocido?- me levanto de la cama y hago un recuento de la noche anterior.

Comí

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Comí... dormí... desperté... Mickleo... Salí a tomar aire y me desmaye. Ah, nada importante pero ¿Quién me trajo aquí? ¿El hombre del teléfono? No recuerdo su rostro pero creo que le pedí ayuda, vuelvo a ver por todos lados buscando un rastro de él pero nada, mi vista cae sobre la mesita de noche y ahí un bandeja con jugo y unas pastillas. No estoy enferma. Me acerco y tomo el jugo, me lo llevo a la boca mientras tomo la nota y la leo.

"No robes nada durante mi ausencia, volveré al medio día para hablar contigo. L.E."

¿L.E.? ¿Loco Enfermizo?

Hombre para ser interesante ni siquiera me conoce, no le conozco y me ha pedido que no robe nada durante su ausencia ¿parezco criminal o algo? Me termino el jugo y reviso el medicamente, en realidad no me siento enferma ni nada pero él se ha tomado la molestia de dejarla ahí así que supongo debería de guardarlas. Me pregunto si se molestara si utilizo su ducha.

Camino hasta lo que supongo es su baño y entro, si quizás debería de tomar una ducha rápida y después desayunar imagino que don Loco Enfermizo no se molestara si desayuno algo mientras lo espero, aunque no sé exactamente para que tengo que esperarlo. Como no deseo pensar mucho en que estoy en la casa de un extraño y que seguramente volverá para pedirme explicaciones, no ¿para qué voy a pensar en eso?

En la habitación busco la ducha y la encuentro así que no resisto en quitarme la ropa y entrar a ella, la enciendo y suelto un grito cuando el agua fría cae sobre mi... no, esto es imposible ¿Por qué tiene que ser importante bañarse? ¡Me bañe ayer por qué tengo que hacerlo hoy! La ducha siempre ha supuesto un problema para mi alma, no es no me guste pero es que ¡Que pereza! Me ducho a regañadientes y utilizo de un shampoo que me parece es de mujer pero no me intereso mucho de ello espero que no sea de la esposa de este hombrecito que me ha traído aquí aunque si lo es no es que me interese mucho.

MISTER ELEGANT (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora