Capitulo 81

1K 49 6
                                    


NARRA SUNGMIN

Estuve afuera de su casa por más de media hora debatiéndome en si debía o no llamar a su puerta ¿y si ella me echaba? la última vez dejo muy en claro que no quería volver a verme. Solo quería saber cómo estaba, no tenía nada de malo. Finalmente tome valor y salí hacia afuera, golpee la puerta tres veces. Mi rostro se ilumino cuando ella apareció tras la puerta, su mirada fue una de sorpresa, no se esperaba verme aquí, tardo unos minutos en decir alguna palabra, fui yo quien rompió con el silencio.

— Hola...—dije con amabilidad—sé que soy la última persona que quisieras ver pero...

— ¿Cómo estas Sungmin?—pregunto haciendo una mueca, aunque ella quisiera ocultarlo, su mirada estaba triste—

— Bien... quería saber cómo estabas, han pasado muchos días y no volviste a clases...

— Es cierto... no sé cuándo volveré, por el momento sé que no lo hare...

— ¿De verdad?—estaba asombrado con su respuesta, era muy injusto, ella siempre había sido la mejor de la clase, ahora parecía que poco le importaban sus estudios ¡imbécil de Donghae! Toda la culpa es suya— ¿puede pasar?—ella me miro algo incomoda— ¡vamos! Será solo un momento, además...—levante mi mano mostrando unos papeles—te traje unos apuntes que tome de las clases para ti, será rápido te lo prometo...

— Esta bien...—ella asintió dejándome pasar— ¿quieres tomar algo?

— Agua para mi está bien...—respondí ya sentado en el sofá—

— Ok...—ella salió hacia la cocina dejándome solo en la sala—

Mis ojos vieron sorprendido que junto a mi estaba su bolso y su chaqueta, al parecer ella estaba por salir, nunca me gusto husmear entre las cosas de los demás y menos si se trataba del bolso de una mujer, pero algo hizo que mi curiosidad fuera más allá de mis limites... un objeto se asomaba por el cierre de su bolso, que no había sido bien cerrado. Mis manos viajaron con rapidez hasta ese objeto. Mire detenidamente aquello que extraje de su bolso, esto solo significaba una cosa ¡(TN) _____ estaba embarazada!

— Aquí tienes tu agua...—con rapidez volví a meter aquel objeto en el lugar en donde estaba. Ella dejo el vaso en la mesa de la sala— ¿Qué tienes? Estas pálido—estudio mi rostro con extrañez—

— Nada...—dije bebiendo de mi vaso con torpeza— ¿puedo hacerte una pregunta?—ella asintió sentándose en el otro sofá— ¿tú y Donghae? ¿Qué pasara entre ustedes?—pregunte con mucha curiosidad, no podía ocultarlo, ella seguís siendo de suma importancia para mí—

— No quiero hablar de eso Sungmin...—esquivo su mirada de la mía, podía ver claramente que esto le afectaba demasiado—

— Lo siento...—dije dejando mi vaso sobre la mesa—no quise incomodarte...—recordé que en mis manos todavía tenía los apuntes que había anotado para ella con la excusa de venir a verla—estos son las notas que traje para ti, espero te ayuden...

— Gracias...—ella la recibió mirando una por una—aunque es innecesario, no sé cuándo volveré...

— Espero que vuelvas pronto...—dije tomando mi último sorbo de agua—mejor me iré... no quiero incomodarte más...—me levante del sofá acomodando mi camisa—

Ella me acompaño hasta la salida, me despedí de ella y salí en dirección hacia donde había dejado estacionado mi auto.

Conduje solo un trecho tratando de contener la furia que de a poco iba inundándome todo mi ser, cuando ya no fui capaz de contenerme frene de golpe sintiendo que me faltaba el aire, apoye mi cabeza sobre el volante, tenía ganas solo de golpearlo hasta dejarlo inconsciente ¡maldito Donghae! él era el culpable de todas mis desgracias, desde que el apareció en nuestra vida todo cambio, se llevó lo mejor que yo tenía, si bien no la valore cuando la tenía junto a mí, ella me pertenecía a mí en ese entonces, solo a mí, ahora... ahora estaba todo perdido otra vez... Todos esos sentimientos de dolor que ya había experimentado una vez volvieron a mí, pero esta vez era distinto, ya la había perdido hace mucho tiempo, pero aún tenía una vaga esperanza de poder recuperarla ¡que absurdo soy! Ella hace mucho tiempo dejo de pertenecerme y solo yo no lo había comprendido... golpee el volante con mis manos una y otra vez, pero el dolor no parecía asomarse por mi cuerpo, me sentía impotente... tal vez este era el momento de dar un paso al costado, de aceptar de una buena vez aquello que no supe hacer desde hace mucho tiempo, el amor que ella una vez sintió por mí ya se había ido de ella y ahora era menos probable que ella algún día volviera conmigo...

Amor en una mentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora