¿Él o Yo? Rubius, Vegetta777 y Tú © EDITANDO.

Cap. 2 - El Encuentro [E]

No mucho después de grabar el vídeo pensé que sería buena idea salir a caminar un rato. Necesitaba tomar un poco de aire fresco y recibir luz solar, últimamente me la pasaba encerrada en mi cuarto viendo series o jugando videojuegos y no creo que eso sea muy bueno para mi salud. Decidí avisarle a mi hermano una vez estuve en la puerta de nuestro piso, a punto de dar un paso afuera.

— ¡Guille, saldré un rato!— grité lo suficientemente fuerte para que me escuchara él, y de paso, todos los vecinos. 

— ¡Vale! Si quieres me esperas y salgo contigo— Gritó de vuelta. La arrogancia estaba presente en su tono de voz, e incluso podía imaginarme la cara que hacía. Alcé una de mis cejas esperando el momento justo para interrumpirle y huir— Porque... Ya sabes, ¿Quién no querría salir conm- bingo.

— ¡MARAVILLOSA OFERTA! PERO ME VEO OBLIGADA A DECLINAR, CHAU.— Hablé con rapidez alarmante, y de misma manera cerré la puerta, casi azotándola.

—... Madre Mía, seguro no aguantó la emoción de salir conmigo y prefirió escapar a tener que soportar la presión de estar con esta belleza y ser opacada... — pequeña pausa— Sí... Debió haber sido eso.

-Claro que sí, Guille- gritó desde algún rincón de la casa Carol, burlándose.

(๑º╰╯º๑)♬(๑º╰╯º๑)♬(๑º╰╯º๑)♬(๑º╰╯º๑)♬(๑º╰╯º๑)♬(๑º╰╯º๑)♬

Iba caminando tranquilamente por Madrid. La verdad muchas veces prefería estar sola para así poder apreciar mejor el azul del cielo, el sonido de los pájaros o simplemente la brisa que acaricia mis mejillas. Decidí ir al Retiro, que no quedaba muy lejos de nuestro piso, y apreciar así el lindo día que estaba haciendo. Lo único malo es el calor, que causa que gruesas gotas de sudor se resbalen por mi cara, mentón, pechos, espalda. Un vendedor de helados apareció de manera conveniente, por lo cual decidí comprarle una paleta y un helado en crema de vainilla. Estaba bastante acalorada y hambrienta.

— Ostia, que calor tan impresionante.—Musité, en un tono apenas audible para mí misma, por lo tanto fue una gran sorpresa escuchar una voz junto a mí que respondiese a mi queja.

— Sí, ¿a ti también te acongoja este intenso calor?

Giré para mirar con un semblante desconcertado a aquella voz que fue capaz de escucharme e incluso decidió contestarme. Alcé una ceja a modo de reflejo ya que su respuesta se escuchaba con la de un típico troll, pero al girar mi rostro me encontré no con una sino dos personas. Para ser más específica, con dos chicos, que para ser sincera no estaban mal. Uno de ellos de cabello castaño oscuro y lentes, con una pequeña sonrisa amable dirigida a mí. El otro tenía una sonrisa más alegre, e incluso se podría decir que coqueta, además usaba una gorra de creeper, de la cual se asomaban algunos mechones desordenados de su cabello, de tono castaño claro.

— Hola, muyaya. — Habla el de cabello más claro, dirigiéndose a mí con confianza.

— Eh, ¿hola? — Respondí un poco incómoda. No supe que más decir así que solo lamí mi paleta mientras lo miraba para intentar aligerar la tensión. Ambos chicos se me quedaron mirando fijamente durante unos segundos antes de hablar nuevamente.

— Teh' queríamoh' preguntah' argo' — Habló esta vez el de cabello más oscuro, con un gracioso acento andaluz. Yo asentí tras escucharle, mirándole con atención mientras continuaba lamiendo mi paleta. Intentaba terminarla rápido para poder comerme mi otro helado antes de que se derritiera. 

— ¿Sabes dónde vive WillyRex?—Preguntó el de la gorra de creeper.

Alcé una ceja. ¿Quién es WillyRex?, me pregunté a mí misma confundida, antes de caer en cuenta de que era el nombre de mi hermano en YouTube. Estas personas deben conocerlo para saber quié soy, para saber que sé donde vive porque... Claro, es mi hermano. Solo esto es sospechosamente sospechoso. Asentí por tercera vez, mirando al de gorra, quien volvió a hablar.