Home

Prólogo

Irlanda, 31 de octubre de 1979

1:00 hrs

Estimado Sr. Watari

Antes que nada, le ofrezco mis más sinceras condolencias por la muerte de su nieta más joven, Linda. Debe ser muy duro para usted y su familia quienes pasan por tan melancólico momento en un período muy difícil de afrontar, quiero que sepa que a pesar de todas las diferencias que tuvimos en el pasado, me considero su amigo y comparto con usted este terrible pesar. Mi casa abrirá sus puertas para usted siempre que lo necesite.

___________________
Firma         

Sentado al frente de su escritorio ignorando la nevada tan extensa que caía terminó de leer la carta, para después hacerla añicos con sus viejas y huesudas manos. Tomó aquel papel sin cuidado alguno y en acto de rencor lo arrojó a la basura. No habían pasado ni cerca de 15 minutos cuando de la misma manera con la que lo había arrojado, volvió a tomarlo y guardado en el primer cajón a su derecha, preguntándose el por qué lo había hecho, sin saber que en otro lado a pocos pasos en aquel patio, un pequeño niño abría sus ojos por primera vez.