Capitulo 2

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Sarah observa con horror a aquel chico que momentos antes le había amenazado de muerte.

-¡Estoy comenzando a entrar en pánico!- caminó alrededor de la habitación, tratando de pensar algo que no sea tan tonto para ser asesinada o detenida por la policía por esconder a un delincuente, miró de nuevo a aquel joven, seguía respirando- No puedo creer lo que voy a hacer-.

Se acercó a él, aguantando las ganas de vomitar, lo arrastró con esfuerzo hacia la cama, antes de subirlo en esta, lo cubrió con un plástico, finalmente, acomodó al asesino en aquel lugar con mucho cuidado para no causarle más daño. Rápidamente buscó sus instrumentos quirúrgicos que guardaba por cualquier caso de emergencia.
Con mucho cuidado retiró ambas balas, limpio las heridas con gasas y alcohol, por último, comenzó a cerrar las heridas con aguja e hilo. Al terminar todo esto, se dispuso a limpiar la sangre que había por la habitación y cerca del pequeño ventanal.
Tras su arduo trabajo, quemó las prendas que tenía manchadas de sangre, se colocó ropa limpia y CA quedó sentada en el sofá mirando a la pared, su pequeño cuerpo estaba más que agotado, sin embargo, los nervios no la dejaban tranquila, el saber que un asesino estaba durmiendo en su habitación y que en cualquier momento podría asesinarla a sangre fría.

-Dios, no sé si de verdad he hecho lo correcto o no, espero que no haya consecuencias, odio estar en problemas-. Susurró para sí misma, bajo la mirada mientras colocaba su mano derecha en su sien, con pesadez soltó un suspiro, trataba de tranquilizarse. Respiró con suavidad, relajó su cuerpo y sin darse cuenta, cayó en los suaves brazos de Morfeo. 

-(…)-

El sol comenzaba a asomarse, el joven asesino había despertado por completo, lo primero que hizo fue observar a su alrededor, muchas preguntas le venían a la cabeza, ¿En dónde se encontraba? ¿Que había pasado anoche? Al recordar un poco, de forma desesperada pasó una mano por su cara para saber si su máscara seguía allí, al sentirla suspiró un tanto aliviado. Miró a su lado izquierdo, en una mesita de noche estaba su cuchillo limpio, confundido, se levantó de la cama sin hacer ningún ruido y decidió explorar el lugar, al escuchar ruido en la cocina se asomó por la puerta.

Observó con cautela y miró a la chica de la noche anterior, estaba en la cocina desayunando algo de cereal.
Sarah se mantenía recordando una y otra vez la frase que le decía su madre adoptiva, " Siempre ayuda a los demás, no importa lo que haya hecho en su momento, si necesita ayuda y tú puedes dar esa ayuda, hazlo", al percatarse de la presencia del asesino, con rapidez y torpeza se escondió detrás de un mueble, se armó con lo primero que encontró, una sartén.

- Por favor, no me hagas daño, no le he dicho a nadie que estás aquí, así que por favor -

El chico solo fue y se sentó en una silla, la miró atentamente, soltó un suspiro y negó con la cabeza levemente, revolvió su cabello con su mano derecha y habló.

- Debería matarte, no sé si debería confiar en ti, en cualquier momento podrías ir a la policía, es mejor no arriesgarme -

Por unos instantes Sarah dejó de respirar, su piel se erizó y sus ojos comenzaban a lagrimear. El joven se levantó lentamente y se dirigió hacia ella, Sarah quedó en shock, no podía moverse, estaba muerta de miedo.

- Pero, limpiaste y sanaste mis heridas, creo que lo menos que puedo hacer por ahora es dejarte con vida, así que ten cuidado, la próxima vez que nos crucemos no tendré piedad -

Dicho esto, él salió de la cocina y se fue de nuevo a la habitación en dónde durmió. Sarah, al reaccionar corrió hacia el baño a vomitar, sus nervios la llevaron a ese punto.

-(…)-

Más tarde en ese mismo día, Sarah se habia ido a trabajar, estaba con los nervios de punta, cualquier ruidito la hacia dar un salto. Su compañera se acercó a ella y puso una mano sobre su hombro.

- Tranquila, soy yo, hoy estás más nerviosa ¿Ocurre algo? -

- No es nada, es solo que anoche vi una película de terror, es solo eso -

Rió nerviosa, y siguió haciendo lo suyo, Alondra la miraba de forma atenta, Sarah se sentía un poco incómoda sin embargo no dijo nada al respecto.

- Oh! Sarah ¿podrías hacerme un pequeño favor? -

- Por supuesto, es lo menos que puedo hacer ¿Qué es? -

Alondra se sonrojó levemente y sonrió levemente.

- Verás, conocí a un chico muy lindo... Por una aplicación y me gustaría salir un poco más temprano hoy, ya que tenemos una cita a las 5 ¿Podrías cubrirme? -

Sarah la miró un tanto seria, después desvió la mirada y asintió levemente.

- Por supuesto, espero todo salga bien en tu cita-

- ¡Muchas gracias, Sarah! De verdad te lo agradezco-

Alondra le dió una gran sonrisa para después empezar a ayudarle a Sara con la limpieza de la cocina.
Pasaron las horas, quedaban 10 minutos para cerrar el café, Sarah se había quedado sola, está vez era la encargada de cerrar el café. Ya era algo tarde, Sarah estaba nerviosa, tenía miedo de toparse con aquella persona de nuevo, está vez estaba segura que no tendría salvación.

Llegó la hora, cerró el café y se dirigió hacia su apartamento, miraba hacia todos lados con temor, pasó por un callejón, al fondo puso visualizar a dos personas, una estaba en el suelo y la otra encima de la primera, un escalofrío recorrió todo su cuerpo, así que empezó a correr, pudo escuchar pasos detrás de ella, la estaban siguiendo, mantuvo su vista enfrente, pero tropezó, cayó al suelo, los pasos se escuchaban cada vez más cerca, trató de arrastrarse, pero ya era demasiado tarde. Aquella persona comenzó a reír a carcajadas. Esa risa, esa risa ya la había escuchado antes. Aquel hombre la tomó del brazo y la alzó.

- Hoy debe ser mi día de suerte -

Dijo el hombre con tono de burla.

Fin del capítulo 2.

𝙹𝚞𝚜𝚝 𝚂𝚖𝚒𝚕𝚎         𝙿𝚕𝚎𝚊𝚜𝚎...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora