Me encontraba empacando mis últimas cosas en cajas ya que hoy, por fin, nos íbamos a ir de esta casa y tendríamos lo que sería, una nueva vida. Desde que mi mamá se divorció de aquel estúpido hombre que se hacía llamar "padre", me puse súper feliz. Más feliz me puse cuando me dijo que nos íbamos a mudar y que tendría nueva escuela. A decir verdad, me aterraba un poco la idea de la nueva escuela, digo, ¿A quién le gusta ser el chico nuevo al que todos seguramente se queden viendo? Digo, no es que esté tan bueno, pero siempre los nuevos son los más observados, los criticados y a veces, los maltratados.
Saqué un poco esas cosas de mi mente y terminé de colocar en la última caja, unas cosas que uso para hacer manualidades y mis libros. Sí, soy el típico chico rudo en la escuela pero en mi casa soy una señora. Me gusta tejer, coser, hacer manualidades, leer, y muchas cosas más. También soy el típico chico gay de clóset, pero, eso es solo en la escuela porque con mi mamá y mi familia, ya salí. No esperaba la aceptación de ninguno, pues antes de hablar había hecho una pequeña maleta para irme con un amigo a vivir, pero todo fue diferente. Me aceptaron todos, bueno, no todos. Dos de mis tías y mi papá se negaron a "un familiar gay". Pero, ¿qué más da? Odio a mi papá y mis tías ni siquiera me caen bien, son unas viejas chismosas que les encanta tirar veneno.
Al bajar a la sala me encontré con mi mamá y le sonreí. Seguí caminando con la última caja en las manos y la llevé a la guagua. Ví a mi madre salir por la puerta y hablar con el vendedor o comprador de la casa, no sé quién mierda era y la verdad, no me importa. Unos segundos después mi mamá estaba en la guagua sonriéndome y habló.
-¿Feliz por la mudanza, Li?- preguntó con una sonrisa enorme y encendió el motor. Mi mamá estaba súper feliz y eso, a mí me ponía de tal forma.
- Claro, Ma. A ti no te tengo que preguntar, tu sonrisa se podría ver desde un avión -dije riendo mientras ella sacaba el auto y comenzó el camino hacia nuestra nueva casa. Estaríamos dos horas en la guagua y yo estaba un poco enojado por ello. Ir en el mismo auto que tu mamá a veces es jodido, no sabes de qué hablar.
- Yo estoy mega feliz, me encanta la nueva casa, ya quiero decorarla con flores, plantas y ¡todo! -me sobresalté un poco con su grito y volví a reír, era obvio que estaba súper feliz.
- Hey -dije llamando su atención-, Yo quiero plantar las flores -volví a reír. Ella solo asintió y luego con una sonrisa, habló.
- Claro, Li. Quiero que me ayudes, estaré encantada -¿Ven? Mi mamá está feliz, ya les he dicho eso mucho pero, me encanta verla así a verla como hace unos meses con eso del divorcio. Ella estaba hecha un desastre, no dormía, no comía, nada. Me dolía verla así y ahora, debo presumir su felicidad.
- Bien, bien, te ayudaré en lo que sea. ¿Cuánto falta para empezar clases en nuestra nueva ciudad? No quiero comenzar tan rápido. Quiero ayudar en todo lo de la casa primero -hice un puchero tirando mi cabeza hacia atrás y mi mamá comenzó a reír. Altas ganas de decirle "¿de qué te ríes, estúpida?" Pero mi mamá (1) no es estúpida (2) no sabe lo que son memes y podría matarme a puñetazos por decirle semejante palabra.
- Uhm, creo que solo tienes dos semanas de descanso, están por comenzar... -hizo silencio. Silencio que me decía que debía ir a la escuela y si faltaba algo en la casa, ella lo haría. La ví hacer una cara pensativa y luego me miró-. Sabes que tienes que ir a la escuela y si logramos hacer todo antes, podrás ir tranquilo. Ya sabes, no vas a comenzar a ausentarte en tus primeros días en tu nueva escuela -respondió seria. No sé si debo asustarme, tirarme por la puerta o solo esperar su sonrisa.
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Osito. || Ziam Mayne.
FanficUn chico con buen carácter, buena personalidad y buen físico, se muda a otra ciudad por el divorcio de sus padres. En esta nueva casa, tiene un lindo y tierno vecino que vive bajo las golpizas de su hermana mayor. Ambos padres igualmente separados...