Días Sin Zye

¿Dónde está Zye?

-¿Dulce, Dulce estás bien?, Dulce por favor abre tus ojitos- escuchaba una voz al fondo, pero lo peor es que no puedo articular palabra alguna y mucho menos ver algo.
Trato de abrir los ojos y no puedo hacerlo, después de varios intentos al fin lo logro con tal dificultad pero lo logro, siento que alguien me abraza y sus lágrimas caen en mi rostro.
-Despertaste hija, despertaste, que bueno que estés bien, por favor no quiero verte de nuevo así, te amo- escucho que esas palabras salen de la boca de aquel que me abraza, siento que lo conozco, siento que sé de él, pero no sé quien es, no reconozco del todo su rostro y mucho menos su voz.
-Este....-me quedo estupefacta mientras que él me estruja hacia su pecho.

Me demoro un poco en procesar lo que está pasando, estoy en la camilla de un hospital, lo deduzco por las paredes blancas y la aguja que atraviesa mi piel, veo a un doctor, a una enfermera y a la persona que hace rato me abrazaba como si me conociera.

Quiero responderle pero de pronto una persona con bata blanca y el estetoscopio en el cuello llegan.
-Señorita Dulce ¿Cómo se siente?- dice
-... Un poco mareada y confusa, qué hago aquí, quién me trajo, por qué estoy aquí-
-Con calma señorita, se le va a explicar todo paso por paso ¿Qué es lo último que recuerda?
-Iba en una moto con Zye rumbo al mar ... ¿Zye, dónde está Zye?- grito desesperadamente
-Siga con su relato ya le dije le iremos explicando lo que pasa paulatinamente-me dice volviéndo a recostarme en la camilla
-No sé muy bien, no me acuerdo... de pronto en una curva, algo se atravesó y de ahí no me acuerdo nada todo se volvió oscuro
-Uhmmm... Bueno, bueno- dice mientra va de un lado para otro
-Dígame doctor si Zye está bien- digo gritándo
-Señorita, le vamos a hacer unos exámenes para ver si no le ha afectado algo más internamente, así que tranquila, todo va a estar bien
-Como puedo estar tranquila si no da respuestas a mis preguntas -Le digo mientras él voltea hacia el hombre del abrazo
-¿Quién es Zye?- escucho que le dice a la persona que me abrazó, yo disimulo que no los he oído.

Se van cerca a la puerta y solo veo las señas que le hace el doctor junto a aquel hombre, aparentemente han terminado y este último se acerca.
-Hija, no te acuerdas de mí, soy tu padre estos días las cosas no han estado bien entre los dos y pues cuando me llamaron pensé lo peor-
-Discúlpeme, pero no me acuerdo de usted- le digo mientras veo como sus ojos se cristalizan ante mis respuestas
-No te preocupes, lo importante es que estés bien-dice e inmediatamente sale de la habitación.