Just a favor {Klaine}

Cap 14: "¿Qué esta pasando?

{Narra Blaine}

– ¿Qué las chicas son un desastre? –Preguntó él.

–No, eso no.

– ¿Qué entonces? ¿Gay? –Realzó una ceja.

¡Que te he dicho de la palabra gay Blaine! ¡Gay!

–Por favor, para.

– ¿Qué tiene de malo la palabra gay Blaine? Es tan solo una palabra. –Bufó.

¡Gay, di una vez más gay y traeré a tu padre para que te de un correazo!

–Cállate, deja de decirlo.

–No veo una razón para que le tengas miedo a la palabra gay ¿Acaso me temes a mí?

–No, pero...

Gay... Gay... Gay... Gay... Gay...

– ¿Acaso prefieres homosexual?

¡Ya está! ¡Llamaré al doctor para que te de otra maldita sesión!

– ¡Ya basta! –Me tapé los oídos y entonces me coloqué en posición fetal.

Maldito, eres un maldito, maldito, eres un maldito, maldito, eres un maldito, maldito, eres un maldito.

Comencé a retorcerme casi como si alguien me estuviese dango patada tras patada o golpe tras golpe. Pude escuchar el rechinido de la puerta al cerrarse, Kurt se había ido, y como no hacerlo, de seguro lo había asustado de muerte.

De pronto me quedé inmóvil y contemplé el techo, todo daba vuelvas.

Todo estará bien Blaine, mejoraras.

Tú padre viene con la correa y no viene de humor muchachito

Eres una vergüenza para la familia

Una lágrima recorrió mi rostro, la cual cayó a un costado. De apoco fui cerrando los ojos hasta que todo se volvió negro y fue entonces cuando caí en los brazos de Morfeo.

***

Desperté completamente desparramado entre las sabanas de mi cama, la cual estaba totalmente desecha. Una de mis piernas colgaba por el borde izquierdo, mientras que una de mis manos colgaba por el borde derecho. Al menos estaba vestido, pero apestaba como nunca. Maldito alcohol.

Me enderecé para luego erguirme y así poder sentarme. Dios, que dolor de cabeza. ¿Cuántas cervezas había tomado? ¿Siete? ¿Diez? ¿CIEN TALVEZ?

Al menos recordaba a la perfección todo lo que había ocurrido anoche. Junto a Kurt lo habíamos pasado de lo mejor, cantando y bebiendo y conversando hasta que yo me embriagué y como siempre arruiné las cosas. Incluso recuerdo que tuvo que cargarme hasta mi habitación. Ni siquiera sabía cómo había podido conmigo.

Pero todo se fue a la mierda con esa maldita palabra. Tenía que decirla justo cuando me encontraba en mi estado más vulnerable. ¿Ahora cómo iba a mirarlo a la cara? De seguro me iba a atropellar con preguntas apenas me viera. Me había comportado de una manera demasiado extraña con él anoche, y aunque quisiera contarle la verdad acerca de mi pasado tampoco podría. No estaba listo para contarle esa parte de mi vida a nadie.

Me levanté con pereza y caminé hacia la cajonera, ahí yacía mi celular. Revisé la hora. Eran las ocho quince. Podía faltar la primera hora, me tocaba actuación, y con esta resaca no andaba muy de buenas para actuar.