Capítulo 5.

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----*narrado por Ariana*----

No fui capaz de reaccionar a tiempo. Sin duda eran ellas. Celia y Carlota... dos de mis amigas y compañeras de clase. ¿Por qué no me movía? Rápidamente me solté de Natsu y salí corriendo tras ellas, tras sus voces.

- ¡Natsu, no me sigas! - Grité antes de que el pelirrosa hiciera ningún movimiento. No podía dejar que viniera, tenía que explicarles todo a las chicas... en calma.  - ¡Conozco esas voces!

Seguí corriendo durante 5 minutos antes de lograr avistar sus figuras. Madre mía... me daba miedo solo imaginarme sus reacciones... pronto lo entendereis.

- CARLOTAAAAAAAAAA, CELIAAAAAAAA. - Grité haciendo movimientos con los brazos. - SOY ARIANAAAAAAAA. - Se giraron y se acercaron. Conseguí ver sus rostros y... eran diferentes a como yo las conocía pero tenían que ser ellas, estaba segura.

- ¿Ariana? ¿Eres Ariana? - Celia era la que hablaba y se acercó hasta que apenas nos separaba un metro. Tenía el pelo azul peinado con la raya al medio, bueno 'peinado', ya que su cabello era totalmente rebelde. A primera vista pensé que sus ojos no habían cambiado de color pero después de fijarme me di cuenta de que en realidad eran negros. El tono de su tez no había cambiado gran cosa, ni blanquita ni morena, normal. Pero indudablemente era ella, la gran cantidad de palabrotas que era capaz de decir en una frase lo confirmaba.

- Veo que no soy la única que ha cambiado de aspecto. - Dije, y antes de que entrara en pánico seguí hablando. - Ahora os lo explicaré todo... - Desvié mi mirada para dirigirme a Carlota pero no estaba allí.

- Awwwwww. - Una voz procedía de una roca. Celia y yo nos miramos y sin pensarlo dos veces no asomamos tras la roca. Carlota estaba allí, de cuclillas. - Briiiiiiiillaaaaaaaaaaa. - Una gotita modo anime se deslizó sobre nuestra cabeza.

- CARLOTAAAA. - Celia se cercó (más bien, se abalanzó) y le pegó una colleja. La chica se giró mientras se tocaba la cabeza dolorida. Como me suponía tampoco era ella, físicamente. Su color de pelo seguía siendo el mismo pero su cabello era mucho más largo, hasta el culo. Sus ojos  eran azules, azules plateados, muy bonitos. En la muñeca llevaba una pulsera enrollada varias veces hasta el codo (la puede ver anteriormente, cuando se llevó sus manos a la cabeza por la hostia). Y su tez un poco más morena que la de Celia. Todas aparentábamos 16/17 años. Dejé de hacer una observación a la chica y me fijé en lo que estaba mirando.

- ¿C-Carlota? - Dije

- Oh, ¡ARIANA! *silencio* Espera, ¿Ariana?

- No sé de que coño te alarmas, es obvio que todas hemos cambiado nuestro físico. ¿Tú no eras la lista? - Me limité a a ignorarlas y acercarme a observar la 'cosa que brilla', o mejor dicho, cosas.

Sobre el suelo había dos dagas, sus filos brillaban como si nunca hubieran sido utilizadas. Intenté cogerlas pero no pude... eran muy... ¿pesadas? Entonces me di cuenta.

- Celia, ven. Cogelas. - Le dije señalando las brillantes dagas. Se aproximó y las cogió sin problema.

- ¿Qué pasa? - Me miró extrañada.

Ignorándola de nuevo me acerqué a Carlota e intenté sacarle la pulsera. Tampoco pude. Recordé todo lo que me habían dicho Lucy y Erza antes del incidente sobre lo que les explicara Makarov.

- Como me suponía. - Esta vez las dos me miraron. Levanté las cabeza, las miré y sonreí. - Sois fairys.

Fairy Tail conoce a sus hadas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora