Cartas de Amor

Luna de Miel II

Jane entró a la habitación y movió levemente el hombro de Mal, la chica del pelo morado abrió los ojos en silencio.

-Es hora de la cena –susurro Jane.

-No tengo hambre –dijo Mal.

-¿Y si te traigo algo? –preguntó la chica de los ojos celestes.

-Solo quiero dormir –Mal cerró los ojos evitando que Jane pudiera decirle algo más.

La chica caminó fuera del cuarto principal.

-No quiere salir –le dijo a sus dos amigas que la esperaban ansiosas en la sala de la suite.

-No creo que le pase nada por no comer –dijo Lonnie levantando los hombros mientras miraba a Evie.

-Vamos –dijo la peli azul por fin saliendo de la suite hacia el restaurante.

Lonnie y Evie pidieron para comer Salmón ahumado con salsa de limón mientras Jane solo pidió un agua embotellada de una marca conocida.

-No estoy bien con Doug –dijo luego de unos segundos Evie tomado del pedestal su copa con coctel de limón.

-¿Cómo que no están bien? –preguntó Jane abriendo sus ojos.

-No lo sé –Evie se pasó una mano por la cara –lo amo pero también estoy hastiada de la relación.

-La historia de porque me divorcie de Jay –dijo Lonnie recibiendo con una sonrisa su plato de salmón.

-No me quiero divorciar de él –dijo Evie mirándola con el ceño fruncido –quiero solucionar las cosas.

-Chicas –las tres se sorprendieron al escucharla voz de Mal, la cual llevaba una chompa larga sobre su pijama.

-Mal –dijo Evie sonriendo amplio –hemos pedido salmón con salsa de limón.

-Quiero lo mismo –dijo Mal al camarero que se había acercado a ellas al notar que alguien más se había unido a la cena.

-En un momento –dijo el mesero antes de dejarlas solas.

Jane saco de su cartera un pote de pudín de arroz que había traído desde Auradon.

-Puedes explicarme porque no solo quieres comer ese asqueroso pudín de arroz –preguntó Lonnie alzando una ceja.

-Leí que en este lugar se puede contraer muchas infecciones –dijo la chica al recibir la botella de agua embotellada –y yo quiero llegar sana y salva a casa.

-¿Y pretendes llegar sana y salva a casa comiendo vomito de bebé todos los días? –preguntó Lonnie riendo y haciendo que Evie también lo hiciera.

-¿Volveré a reír? –preguntó Mal haciendo que las tres chicas la miraran, las risas habían cesado.

-Claro que si –afirmo Evie, Mal la miro.

-¿Cuándo? –preguntó la pelimorada a su mejor amiga.

-Cuando algo sea muy, muy gracioso –Mal suspiro.

La cena paso muy rápido ya que Mal solo quería volver a la seguridad de la cama de la suite pero antes de cerrar los ojos pidió que pronto pasará en su vida algo muy, muy gracioso. Necesitaba reír de nuevo. 

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