Luna de Miel III

444 32 17
                                    

Los días habían pasado, Mal estaba algo mejor, ya compartía con las chicas y estaba disfrutando, en lo que podía, del viaje entre amigas.

Por otro lado Jane aún se rehusaba a comer o tomar algo que no fuera embotellado o envasado.

La hija de la hada madrina entro a la ducha la cual daba a una ventana por la que ella podía ver el hermoso paisaje pero nadie podía verla, la vegetación que rodeaba el hotel le daba una apariencia de oasis celestial y tan absorta en esto estaba Jane que no supo como pero abrió la boca haciendo que algo de agua entrara en ella.

A pesar de que se preocupó un poco, intento no darle mucha importancia y siguió con su día como si nada hubiera pasado.

Jane estaba comprando algunos suvenires cuando lo sintió, su estómago hizo un ruido casi inaudible pero ella lo pudo oír, negó con la cabeza y siguió viendo vitrinas, otra vez el mismo ruido y ahora el dolor empezó a hacerse presente, tenía que volver al hotel rápido para poder ir al baño.

-¿Has hablado con Doug? –le preguntó Lonnie a Evie mientras revisaba su celular, el trabajo nunca descansaba.

-Sí, me llamo una vez. –respondió Evie sin muchas ganas.

-¿Qué paso con Doug? –preguntó Mal la cual estaba leyendo una revista.

-Nada, todo está bien solo que... –Evie dejo de hablar cuando vio Jane entrar caminando algo chistoso.

La hija del hada madrina trato de abrir la puerta de la suite mientras las otras tres la observaban.

-Está cerrado –dijo Lonnie a lo que Jane abrió los ojos, estos parecían que se iban a salir de sus orbitas –están trapeando.

El estómago de Jane esta vez hizo un ruido fuerte, haciendo que ella ya no pudiera controlar sus esfínteres por más tiempo. Las tres chicas la observaron.

-Te acabas de... –dijo Evie.

-Cállate –dijo Jane molesta empezando a caminar hacia la otra puerta de entrada a la suite.

Cuando desapareció de la vista de las chicas ninguna pudo aguantar la risa, la perfecta Jane se había cagado en los pantalones.

-Tenías razón –habló Mal algo entrecortado mirando a Evie.

-¿En qué? –preguntó la peliazul riendo de la misma manera.

-En que cuando pasará algo muy, muy gracioso me iba a volver a reír –Evie estiró una mano para tomar la de Mal sobre la mesa mientras ambas junto a Lonnie seguían riendo.

Cartas de AmorWhere stories live. Discover now