capitulo #1

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Muchos eran los relatos , cantos y cuentos que hacian mención de Caelum , el que a nada pertenecía.

Por el Norte solían afirmar que aquel espectro era una persona, un alma incorporea, cuyos susurros eran llevados por el viento.
Por el Sur solían afirmar que era un demonio que con su envenedado beso , engañaba a las jóvenes para despojarles sus almas.
Algunos sacaban sus propias conclusiones , diciendo, que Caelum era un Ángel incomprendido .

Pero la verdad es que Caelum no era ni ángel ni demonio, ni estaba vivo o muerto , ni malo ni bueno . Caelum era simplemente Caelum. Un alma nacida de la oscuridad de una cueva , visto por aquellos que aún creían.
El tapis que en su cuerpo se veía, para un simple mortal : tatuajes. pero para Caelum, aquellos eran sus pecados , un tatuaje por cada grave pecado salía de la nada. Y el ángel de la muerte, Azrael , era su consejero.
Caelum vagaba por el mundo junto a aquella espectral figura que cumpliendo con su labor mantenía el equilibrio.

El ángel de la vida daba; el ángel de la muerte quitaba. Era algo que comprendía con exactitud.
A Caelum le daba igual que su querido amigo fuera considerado un esqueleto despreciable, ageno a los sentimientos de los demás...pero, a decir verdad, a Caelum le daban igual muchísimas cosas.
A Caelum solo le importaba Caelum.

...

Su sórdida y lobrega escencia es un cilencio mortal.
una de sus palabras te podría extinguir.
No te acerques a Caelum,
él jamas debió existir .

En los antiguos tiempos, cuando se usaba la tinta y el pergamino , esa eran las palabras con la que las madres acunaban los niños .
En esos días Caelum era confundido con la muerte misma.

En pleno siglo XXI aun seguía allí, en el vasto mundo , él habitaba el mundo desde antes del nacimiento de quien lea estas páginas, y posiblemente siga allí luego de vuestras muertes . Pues el era el susurro eterno, la ranura entre el bien y el mal, la voz que entre la sombras murmura y que aunque bajo el sol , nadie es capaz de ver.
Lo que no os he contado es que la leyenda del que a nada pertenecía fue olvidada con el pasar de los años, y encierto modo fue motivo de alegría, mientras los niños se asustaban con creepypastas y payasos , él podría descansar y disfrutar de la eternidad.
Para él, cosas como respirar el aíre mañanero , ver un atardecer , contemplar el canto del ruiseñor, eran una dicha enorme, aunque en su rostro no se reflejase.

¿Para que sonreir si nadie compartiría su alegría?

Con el pasar del tiempo su existencia no tuvo ningún sentido, anheló ser como los mortales, anheló ser visto, anheló amar , anheló morír , pero aquello solo era un vago pensamiento que no se haría realidad jamás.

- ¿A donde irás ahora?- preguntó.

Ambos se encontraban en un hospital, la muerte siempre estaba allí, bueno, siempre estaba en todos lados.

- El creador , tengo que acudir a su llamado -

-"El perfecto creador " . Azrael ¿Por qué no puedo estar allá como los demás? -

- Nuevamente tus quejas me agobian, creí que ya habías superado esa etapa - la muerte, con su frío aliendo despojó la vida a un hombre italiano de la tercera edad.

- Es solo incomodidad, amigo mio ¿No  desearías que los mortales dejaran de odiarte o temerte?¿No desearias tomar el lugar de la vida?

- Por supuesto que no , las cosas están bien así. Todo en equilibrio. Lo verás Calelum , todo tine un propósito, hasta tú.

- ¿ cuál es ? Esa es la incógnita que me aqueja

- El solsticio de invierno será quién respoda sus dudas
- y como si fuese llevada por el viento, la muerte desapareció.

El que a nada pertenecía frunció el ceño. La muerte al fin había soltado algo , al fin había revelado una pista que lo llevaría a descubrír quien era realmente, emitió una carcaja y con sus frías manos sujetó el rostro del antes vivo anciano.

- ¿Lo has escuchado también, amigo mio? - susurró -
al fin y al cabo...no soy un error.

Los días transcurrieron largos desde aquella última charla, tanto que Caelum pensó que todo era una broma del creador, quien había decidido cabrearle con una broma pesada, una de muy mal gusto.
En fin , a los pies de un cerezo a la espectativa del tan esperado solsticio persivió un sonido detrás de él.

El creador había llegado

Caelum , En Medio Del Armagedón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora