Era un día bastante atareado en Inazuma, por lo menos para un lindo peliverde de nombre Ryuji Midorikawa, que estaba bastante estresado por la gran cantidad de trabajo que le faltaba acomodar.
Su novio, Hiroto Kiyama, lo miraba desde la sala , sentado en un sillón y ordenando su trabajo en una laptop portátil.
Ni el supo como se dio cuenta de que la tecnología era lo suyo,aunque en este momento no se lograba concentrar.
Escribía un poco en la máquina,acomodaba sus lentes y levantaba la vista para seguir los apresurados movimientos de su pareja quien parecía ignorarlo olímpicamente.
-Mido, ¿estás bien cariño?.- preguntó sin recibir respuesta.
El ojinegro tomaba una serie de papeles,mandaba mensajes y caminaba a todos lados con el teléfono en mano sin tiempo ni siquiera de hacer sus acostumbradas rabietas. Tomaba papeles,los archivaba y volvía a empezar,repitiendo acciones desde la mañana.
Tal vez debería de pensar en hacer las cosas con tiempo anticipado.
Suspiro pesadamente mientras colgaba la última llamada que haría hoy y cargo una gran pila de documentos que apenas lo dejaban ver y que,por obvias razones, se cayó cuando intentó moverse.
Las hojas se regaron por el piso mientras el joven de coleta los miraba sin expresión alguna o tal vez completamente frustrado, ignorando los pasos apresurados que caminaban en su dirección.
Había pasado dos tontas horas clasificándolos y ahora había sobres tirados y hojas sueltas por aquí y por allá. Estaba aburrido,fastidiado y amargado.
Recogió un par de papeles y los llevó a la mesa con resignación volteando para ver pasmado a su hermoso Kiyama cargando en dos pilas los impresos,una en cada mano, llevando todo con tranquilidad, en total equilibrio y sin dejar en el suelo ningún documento.
El antes defensa lo miró sorprendido ¿Cómo demonios podía hacer eso? Bueno, Hiroto siempre había sido espectacular.
En eso pensaba él de ojos negros mientras el otro dejaba sobre la mesa los documentos escuchando a cambio un quedo "Gracias".
Midorikawa tomó parte de los folios y comenzó a agruparlos para ponerlos derechos sintiendo en su dirección la mirada del pelirrojo sin que esto lo llegara a detener,esos informes no iban a ordenarse solos.
Acomodando los papeles pensaba en considerar unas vacaciones,un momento relajado, pensaba que estaba totalmente harto de todo y que en estos momentos podría ser considerado una olla a punto de explotar.
De repente sintió unos brazos rodearle el cuello por la espalda y un cuerpo cálido pegarse a él.
-Por favor,deja de estresarte,me lastima verte asi.- pidió bajito el más alto haciendo que Mido se sonrojara un poco.
El chico suspiro con el ceño fruncido -No me gusta que te preocupes por cosas que no son importantes...
-Tu eres importante.- aseveró el ojijade abrazandolo mas.-; lo mas importante Mido.
-Hiroto...
-Deja eso por hoy, o por lo menos por ahora, te llevaré a comer helado, como cuando éramos pequeños.-propusó el antes delantero con una sonrisa haciendo que el jovencito en sus brazos se relajara.
-¿Y esto? Tengo mucho trabajo por acomo...
-Por favor...-susurró con una ternura tal que para Ryuji fue imposible negarse.
-Está bien.- respondió recibiendo un hermoso gesto.
-¡Gracias!
-No Hiro, gracias a ti.- contestó el más joven haciendo que su chico se extrañara.
-¿A mi? ¿Porque?.- preguntó confundido, cobijandolo con un suéter.
-Por ser mi válvula de escape.- respondió sonriente girando para besar con ternura a su tomatito.
-Anda que yo quiero darte el helado,me gusta como te sonrojas.- río Mido jalando de la manga a un sonriente ojiverde sin importarle el desastre que dejó allá en la sala.
La tarde trajo consigo luces naranjas que cubrían la ciudad de Inazuma en cuyas calles se divertían riendo una pareja de jóvenes ex futbolistas.Uno por estar con su amado y el otro cubierto de un delicioso postre, aunque eso no le preocupaba en lo más mínimo.
Tal vez con algo de suerte, su pareja se ocuparía de limpiarlo.
¡Especial 100 seguidores! A muchos podría parecerles poco,pero es muy importante para mi de verdad, y quise agradecer a esa personitas con una parte nueva en cada historia que tengo.
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