Capitulo 32

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Capitulo 32

Me sonrió y continuo. Me beso en el cuello a la vez que dirigía sus manos a mi espalda y al broche del sujetador. Lo desabrochó y libero mis pechos. Estos estaban un poco enrojecidos del trabajo anterior. Se inclino y se metió uno en la boca, lo lamió y lo succiono, mordisqueo suavemente el pezón y yo creí que me moría aunque sabia que todavía faltaba lo mejor. se echó encima mio. Siguió jugando y atormentando mis pezones hasta que ya no pude mas y dirigí mis manos a su bóxer. Él vio mis intenciones y se lo quito separándose de mi. Mientras yo seguía tumbada, viéndolo. Se puso de pie y pude admirar la erección, sonreí y él al ver donde miraba y que sonreía, sonrió también.

Pensé que se tumbaría encima mio de nuevo y continuaría con la exploración de mis pechos pero no lo hizo, sino que se sentó en la cama y comenzó a acariciar mis piernas. luego llego a mi bóxer y me lo sacó. Se tomo todo el tiempo del mundo y lo hizo con un cuidado, a pesar de la tremenda excitación que teníamos los dos. Comenzó a besar mis ahora piernas desnudas, subiendo por ellas hasta la cara interna del muslo rozando con su mejilla mi centro de placer y mi cuerpo respondió con una sacudida. Dios, estaba húmeda seguro. Pensé que se pararía ahí, me quitaría la ropa interior y me exploraría pero no lo hizo sino que siguió subiendo besando mi ombligo y de nuevo a mis pechos. Se coloco un poco ladeado para no cargarme con todo su peso mientras rozaba con su miembro en la cintura. Se empezó a restregar lentamente y yo hice lo mismo, ambos teníamos una calentura y era como si necesitáramos apagarla con nuestros cuerpos. Se separo de mi pecho y me miro, nos miramos durante por lo menos medio minuto mientras nos restregábamos. Alcance su culo y se lo empecé a acariciar, él a su vez metió la mano entre mis muslos, acariciando su parte interna y de vez en cuando mi entrepierna. Me estaba empezando a calentar muchísimo.
-Dios, quítamela! -dije con urgencia.
Él, muy obediente, lo hizo. Ya está, estaba completamente desnuda y totalmente entregada. Con la boca me besaba un pecho, con una mano me acariciaba el otro y con la otra mano exploraba mi vagina. La acarició suavemente, abrió los labios y metió un dedo, lo saco empapado de mis jugos y lo paso por mi clítoris, aquel montículo tan sensible. Volvió a bajar la mano y me introdujo nuevamente un dedo en mi caverna interna. Lo metió y lo sacó repetidamente y con tranquilidad, sin prisa, como buscando calentarme mas de lo que ya lo estaba. Yo tampoco me quedé quieta, quería que él disfrutara de la misma forma que estaba disfrutando yo así que, después de sobarle un poco mas el culo trasladé dicha mano a su parte delantera y palpe. La acaricie suavemente. Se tumbó nuevamente encima mio y siguió con su tarea de excitarme los pechos y meterme ya dos dedos. Yo pase a acariciarle su miembro, lo cogí y lo masturbe con mi mano, lo acaricié suavemente de la base a la punta en donde me demoré bastante, le corrí la piel para atrás y empecé a agitarlo como pude dada la postura en la que estábamos. Primero lentamente y luego aumentaba el ritmo para reducir otra vez la velocidad. Él cuando notaba que el ritmo aumentaba soltaba pequeños suspiros de placer en respuesta a que le gustaba, mientras, seguía estimulándome. Pasado ya un rato de mutua estimulación estuvimos listos para dar el siguiente paso. Se levanto ya con una erección de campeonato y fue a su mesa de luz, saco el preservativo y se lo puso. Se tumbo encima de mi, comenzó a besarme en la curva del cuello y alternaba con el lóbulo de la oreja, mientras que con las rodillas fue haciéndose hueco entre mis piernas. Se introdujo en mi lentamente y con suavidad. Exhalé un suspiro. Volvió a entrar y salir despacio tres o cuatro. Lo rodeé con mis piernas para darle un mejor acceso. Entonces aumentó el ritmo. Empezamos a gemir al unísono, yo mas fuerte que él, posiblemente porque estaba mas estimulada. Comenzó un ritmo frenético que creí que me partiría en dos, me iba a llegar el orgasmo enseguida. Empecé a subir y subir y cuando exploté creí que moría, por algo lo llaman la pequeña muerte. Paró de bombear y me miró mientras me recuperaba, sin salirse de mi. Pasados unos minutos y ya recuperada lo tome por el cuello y le dije al oído:
-No pares, quiero mas.-
Él se sonrió y me contestó:
-Como mandes-
Y nuevamente empezó a bombear dentro de mi. Introdujo su mano entre nuestros cuerpos, alcanzo mi clítoris y empezó a masajearlo. Yo no paraba de gemir, aquello era el cielo. Esta vez bombeaba con un ritmo mas suave, buscando prolongar el placer de los dos. A medida que pasaba el tiempo empezó a acelerar, ya veíamos que íbamos a llegar al clímax dentro de nada. Cuando alcanzo un ritmo frenético, mi cuerpo no aguanto mas y explotó entre alaridos de placer que salían de mi garganta. Él, al notar que yo ya había llegado y mientras yo seguía convulsionándome aceleró todavía mas y estalló también entre gritos. Se quito de encima de mi y se puso de cara al techo. Ambos estábamos cansados, sudorosos, respirábamos con urgencia pero plenamente satisfechos. Poco a poco nuestras respiraciones se tranquilizaron y fue cuando me di cuenta que estaba lo suficientemente cansada como para dormir tranquila por unas cuentas horas.

Diamantes En Bruto (1D y Tu) TERMINADA Hot Muy PERVERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora