El mundo se ha convertido en una sociedad sobrehumana y alrededor del 80% de la población del mundo tiene ahora una especie de rasgo especial.
En este mundo con remolinos de caos, la profesión una vez soñada y admirada entró en el centro de atención...
Bakugō seguía empujándome contra la pared, con tono dominante. Nuestros rostros no paraban de encontrarse, su vista a mis labios gruesos y temerosos. ¿Qué rayos está pasando?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- ¿K-Kacchan?- susurro. - Cállate... Sólo quédate un rato más, así.- tenía un tono ronco y desesperado, su vista bajó poco a poco a mi cuello blanco de cisne. No estaba temeroso ni nervioso, solo podía sentir su rápido y fuerte latir del corazón al estar tan cerca uno del otro. Con sus dedos largos agarraba mis manos de manera brusca.
Estaba a punto de desvirgar mi piel blanca con sus finos labios cuando...
«Bakugō Katsuki y Uraraka Ochako efectúen su salida al campo de batalla por favor»
El megáfono repitió el mensaje dos veces cortando de un momento a otro la situación y el ambiente cargado. Instintivamente rechina los dientes para golpear la pared justo al lado donde se encontraba mi cabeza con una explosión. Gracias a la impotencia escapa corriendo.
- ¡Maldición, joder!- segundos después el chico explosivo no se encontraba en la sala.
Que impulsivo... ¿Qué rayos pensaba hacer? Acaso quería... ¿Besarme? Me había dejado tan consternada que no sabía que decir.
Me senté rendida en una de las sillas de aquella sala de espera mientras me recolocaba las ropas. En vez de resolverme dudas lo único que hizo fue hacerme más y más preguntas en mi cabeza.
¿Qué es lo que siento por Katsuki? ¿No era sólo un "amigo"? ¿Por qué cada vez estoy más y más insegura con mis sentimientos a Todoroki?
¿Qué debo hacer?
No pude evitar salir corriendo detrás de él sin tirar la silla del golpe.
- ¡Katsuki-kun, espera!- detiene sus pasos ante mi grito desesperado.
...
- ¡Déjame en paz! Maldita Perra Voladora, idiota...- su voz estaba totalmente desplomada, al revelar algo enterrado en lo más profundo de su interior no pudo evitar su rabia y orgullo característico. Intento acercarme poco a poco, su cara estaba completamente roja. Tenía una sensación de entre sudores fríos y entusiasmo por la gran y confusa sorpresa.
¿Estaría pensando lo que estoy pensando?
- Siempre estás en medio haciendo que...- ni el mismo era capaz de explicarse.
- Pero... ¿Q- antes de que pudiera decir nada.
- ¡Cállate, idiota!!- grita en medio del pasillo, sin duda era un tipo difícil de manejar. Suspiro.- Lo único que tienes que saber ahora es... que esta batalla la ganaré yo, y más vale que le patees el trasero a ese cara de hielo, por qué si no... No podré vengarme de aquel día. ¡Más te vale!- se fue corriendo al campo de batalla, dejándome sola con una sonrisa entre mis labios.
