La voz de Violet

Infancia en Boston

Tengo recuerdos, pocos la verdad, pero aún puedo sentir su olor, su risa, aunque la escuché pocas veces. En ocasiones puedo verla en sueños, quizás esta conmigo siempre, me gusta creer que me acompaña todo el tiempo, que es como un ángel protector, pero si no me pudo proteger en vida, ¿como me podría proteger muerta?

Si, hablo de mi mamá. Nunca voy a entender porque soporto tantas injusticias sin quejarse con nadie, ni siquiera con mi abuelo, lo callo toda su vida, pero yo me daba cuenta, cada grito y cada golpe lo presencie con miedo e impotencia de no poder defenderla.

Quizás mis padres algún día de verdad se amaron, pero probablemente yo no existía aún. Tengo la certeza de que algún día mi papá se dará cuenta de todo lo que nos hizo sufrir, espero que ese día pueda perdonarlo, porque en estos momento,  no lo consigo.

Dicen que para empezar una historia, hay que tener un punto, en donde te diste cuenta que algo estaba por ocurrir, bueno, ese no fue mi caso, porque mi historia, comienza donde termina la de mi madre, y más que un comienzo es una continuación.

Cuando yo nací, mi mamá ya llevaba dos años viviendo en Boston, con mi papá, se habían casado a los tres meses desde que ella se mudo con él. La familia de mi papá tenia algo así como una mansión, era una casa gigante, con grandes jardines. Yo creía que era demasiada casa para tan poca gente, después de todo eran mis abuelos mis padres y yo, los demás era empleados,pero no vivían ahí. La casa tenia alrededor de 20 habitaciones, 10 baños, y una sala gigante, donde a veces mi papá se reunía con gente importante. Mi habitación era muy espaciosa y tenía muchos juguetes, aunque rara vez tenía con quien jugar.

El día de mi cumpleaños numero cinco, llegaron vecinos nuevos a la casa de al lado, era una pareja y tenían un hijo llamado James. Mi madre me pregunto si es que yo quería invitarlo a mi fiesta de cumpleaños, lo dude un minuto.

-violet, te has dado cuenta que han llegado nuevos vecinos, se ven amigables-. me dijo  mientras  me vestía para bajar a desayunar.

- si mami-. AUUCH!-. le respondí, quejándome porque tiraba de mi cabello mientras intentaba hacerme una cola de caballo.

- Te parece si lo invitamos a tu fiesta de cumpleaños, será como una bienvenida para él, y así pueden hacerse amigos-. ella siempre quería ser amable con las personas, y yo no podía negarme, despúes de todo no tenía a nadie mas que invitar.

- bueno mami, digámosle a sus papis si lo dejan venir-.

Desde ese día James y yo nos hicimos mejores amigos. Recuerdo que ese cumpleaños el fue el único niño que fue, la única persona de mi edad que estaba dispuesta a compartir conmigo, y eso nos hizo casi inseparables. Digo casi, porque solo teníamos 5 años, la vida no es como las pintan en las peliculas, y no la podemos pausar, si fuese así, la gran mayoría de la humanidad seria feliz y dichosa.