Capítulo 1

1.2K 78 14
                                    

Eran aproximadamente las 7:15 am. cuando ella iba bajando las escaleras silenciosamente, al parecer aquel hombre aún no había llegado.

Caminó a la cocina y abrió el refrigerador el cual estaba vacío. No había comido nada en dos días así que tendría que salir a comprar algo.

Subió a su habitación y tomó un poco de dinero que tenía escondido. Bajó e iba a abrir la puerta, cuando escuchó que alguien abría la puerta trasera. Se quedó helada y retiró su mano de la perilla. Se volteó y ahí estaba él.

—¿A dónde ibas?— dijo posando sus ojos en los suyos. No contestó —Te hice una pregunta— comenzó a caminar hacia ella
—Yo iba... a conseguir algo para comer, volveré en unos minutos. Lo prometo— dijo finalmente
—Está bien— contestó una vez frente a la chica. La tomó de la cintura y con la otra su cuello muy fuerte para acercar su boca a su oreja —Sólo irás por eso ¿Está bien? Si te demoras tendré que irte a buscar y ya sabes cuáles son las consecuencias— habló y por último plantó un beso en su mejilla

Salió rápidamente de ahí y caminó a la tienda más cercana. Si por ella fuera se escapaba en este instante, pero por más estúpido que sonara no podía. Ben siempre sabía como encontrarla y lo peor era que ya había intentado escapar más de cuatro veces y todas han tenido la misma consecuencia; es desagradable y es la razón más fuerte por la que se odia.

Llegó a la tienda y tomó dos cartones de leche al igual que algunos paquetes de galletas. Los puso en el mostrador y un chico de cabellera pelirroja y cubierto de tatuajes la atendió. Su nombre era Jesse.

—Hola Jean ¿Es todo?— le preguntó con su cálida sonrisa
—Si Jess, es todo— respondió con un intento de sonrisa

Jesse era un chico que conocía desde hace mucho, desde que se mudó a este barrio exactamente. Lo apreciaba y quería demasiado. Había veces en las que Ben la dejaba salir a distraerse. Claro, le ponía un horario para llegar a casa y cuando salía siempre venía con Jesse.

Una vez que le dijo cuánto era por la compra, le entregó el dinero y luego colocó las cosas dentro de una bolsa. Le iba a dar las gracias pero alguien la interrumpió.

—Jesse, te veo en la tarde— habló un chico que iba saliendo detrás del mostrador
—Muy bien, no olvides decirle a los demás— dijo Jesse hablándole a aquel chico
—Puedes confiar en mí— contestó por último y cuando pasó junto de ella le regaló una linda sonrisa— Hola— saludó, ella solo asintió y luego él salió

Era un chico de cabello negro que le llegaba casi hasta los hombros, un tanto alto, varios tatuajes cubrían sus dos brazos y se distinguía uno en su pecho, ojos verde azulados y una fina nariz muy simpática, se podría decir que era muy guapo.

Se volvió hacia Jesse y tomó sus cosas.

—¿Quién es él?— le preguntó

—Ah, es un amigo. Se llama Kellin Quinn, es... simpático— dijo el pelirrojo con una sonrisa
—Se nota, tengo que irme Jess nos vemos— y sin decir más salió de ahí

Caminó de nuevo a aquella casa y no vio a Ben por ningún lado. De acuerdo, la comida sería sólo para ella.

Comió tranquilamente y estuvo sola el resto de la mañana.
Esos momentos era en los que se ponía a maldecir a Ben, pero también reflexionaba y por él es que no estaba sola. Sonaría ridículo pero era lo único que tenía y el único que le dio su ayuda cuando sus padres y hermano murieron. Pero conforme pasaron los años se dio cuenta de la clase de persona que era, o tal vez lo estaba juzgando mal pero la había lastimado en ocasiones y es por eso que no podía quererlo como el dice que la quiere, no podía sentir nada.

Pasaron las horas y el resto del día, Ben no estaba en la casa, ya era tarde y ella se sentía cansada. Subió a su habitación completamente dispuesta a dormir. Se quitó la ropa que tenía y quedó en ropa interior, caminó hacia el armario y cuando iba a tomar su pijama la puerta de la habitación se abrió de golpe dejando ver a Ben, completamente desarreglado y era más que obvio que estaba ebrio.

Trató de ponerse la pijama pero él se acercó demasiado rápido a la chica para tomarla de los hombros muy fuerte y comenzó a besarla.
Sintió miedo, esto no estaba bien, nunca lo ha estado, es por eso que lo odiaba. Sabía perfectamente lo que podía pasar y no quería, no de nuevo.

Trató de zafarse de su agarre pero no lo logró. La seguía besando a la fuerza y fue entonces cuando sintió sus besos bajar a su cuello.
Las lágrimas comenzaron a salir y ella empezó a golpearle el pecho para tratar de alejarlo, de nuevo no lo logró. Él se quitó su camisa y Jean no sabía que hacer, la tomó de nuevo de los hombros hasta llevarla a la cama.

—Ben... detente— dijo llorando, él no habló y comenzó a besar su cuello de nuevo

Por más que intentó alejarlo fue inútil. Él se veía furioso y se ganó unos cuantos golpes de su parte.

Mientras más luchaba para alejarlo, peor era para ella. Ya no le importaba cuantos golpes podía recibir, no quería que sucedieran ciertas cosas, no otra vez.

Estaba desesperada, si no lo detenía ahora no sabría como hacerlo después. De nuevo intentó alejarlo, pero tal parecía que él cada vez conseguía fuerza y comenzaba a lastimarla. Todo su cuerpo le dolía, se sentía débil... ya no pudo hacer nada.





Mil perdones por la horrible tardanza, aquí el primer capítulo, es muy corto pero espero les haya gustado, gracias por leer & prometo subir más seguido capítulos, les agradecería si me regalan su voto & un comentario:)

AtrapadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora