Capítulo 8

65 7 6
                                    

Arrojó sus cosas al suelo y completamente desesperada comenzó a llorar ¿En qué estaba pensando? Era más que claro que nunca podría librarse de Ben. La tenía tan manipulada, se le introducía perfectamente en toda su piel, la conocía mejor que nadie y ya sabía como provocarle miedo cada vez.

Ella nunca se imaginó vivir en esta situación y mucho menos con un hombre tan desquiciado como él, pero a pesar de eso, Ben no era así. La primera vez que le puso la mano encima fue porque había llegado muy borracho a la casa y además muy enojado, nunca supo el por qué, pero le dijo algo que lo hizo explotar y fue cuando recibió su primera bofetada de su parte.

Recuerda haber conocido a Ben tiempo atrás cuando eran solo unos niños, siempre riendo y jugando, pero algo pasó en su vida que hizo que él se fuera descomponiendo y tomara los peores caminos. Cuando ella pasó por un mal momento, Ben estuvo ahí para apoyarla, se refugió en él completamente que olvidó lo mal que estaba y vino a darse cuenta muy tarde. Era un hombre trastornado e infeliz. Sus únicos amigos fieles eran las botellas de alcohol y las cajas de cigarrillos, nada más.

Pensó en lo que le había dicho, no podía permitir que dañara a las personas que quería solo por su capricho de querer irse de su lado. Y lo peor de todo es que ya tenía la mirada puesta en Kellin, no podía ponerlo en peligro. Ni a él ni a nadie.
Ni siquiera supo cuando entre lágrimas se quedó dormida.



[...]


Se removió incomoda en la cama y al abrir sus ojos instantáneamente las lágrimas salieron de nuevo. Jesse probablemente la estuvo esperando toda la tarde y no tenía manera de como comunicarse con él, pero por otro lado estaba Kellin y la forma en la que se había atrevido de ir hasta ella. Sentía tan viva esa sensación de sus manos en su mejilla, no había sentido tanta calidez en una caricia desde hace mucho tiempo.



[...]



—No sé qué hacer, no puedo ir a la policía y poner la denuncia— Kellin suspiró— Jean se rehúsa a hacerlo y Ben sabría que fue ella

—Alguien de la policía debe estar ayudándolo— dijo Gabe— Dijiste que cuando Jean lo hizo le fue muy mal, así que alguien de ahí debió haberle dicho

—Tengo que encontrar una forma—rascó su barbilla para después mirar el reloj de la pared— Voy a ir a buscarla

—¿¡Estás loco!? ¡Ayer solo tuviste un momento de suerte! ¿¡Qué tal si el engendro ese se encuentra ahí!?

—No me importa— se levantó del sofá— Me arriesgaré las veces que sea necesario para ayudarla

—Amigo, honestamente te admiro

—¿Por qué lo dices?— Kellin lo miró con el ceño fruncido

—Porque ni siquiera nosotros que llevamos un tiempo en conocer a Jean, notamos lo mal que la ha estado pasando— suspiró— Y tú la conoces hace... dos días y estás moviendo cielo y tierra para poder ayudarla. Algo que ni siquiera Jesse hizo, y mira que es su mejor amiga

—Preferiría no hablar de él en este momento— se llevó sus manos a las sienes sobándolas

—¿Qué ha pasado?— Gabe lo miró dudando

—Esta mañana prácticamente me ha dicho que no tengo derecho a ayudar a Jean, lo cual se me hace completamente ridículo viniendo de su parte— suspiró— Pero por supuesto no voy a hacerle caso

—Kellin ¿Qué te esperas de un tipo que está celoso?— respondió Gabe en tono burlón

—¿Celoso? ¿Le gusta Jean?— preguntó incrédulo

—No idiota, le gusta su perro— Gabe le arrojó una pequeña almohada que había en el sofá— Por supuesto que le gusta Jean y está enfadado porque alguien que apenas la conoció, fue capaz de hacerla sentir mejor en un momento muy difícil en vez de él, que la conoce hace un tiempo

—Aún así no entiendo su molestia, debería sentirse feliz de que alguien se haya atrevido a ir a buscarla. Y es mejor que se acostumbre, no voy a dejar a Jean sola


[...]


Estaba anocheciendo cuando Jean se encontraba sentada en el suelo del baño y la pequeña hoja de metal que tenía en sus manos hacía presión en la piel de sus muslos, un corte tras otro. Se sintió tan aliviada cuando el dolor de su corazón fue remplazado por las heridas de sus piernas, al menos la hacía distraerse de ese otro agotador dolor.

Miró como poco a poco los puntos rojos que se asomaban en los cortes, fueron convirtiéndose en gotas deslizantes a través de sus piernas. Se sentía bien, se sentía tranquila. Aunque fuera solo por un momento.

Continuará...


-C va corriendo antes de que le lancen piedras por no actualizar después de mil años-

No, mentira:( Se que me quieren matar y lo entiendo, abandoné este fic por mil años pero realmente no sabia como continuarlo, tal vez el capítulo no esté de lo más interesante pero quise publicarlo para hacerles saber que continuaré con esta historia. Créanme que no tenía ni idea de que poner, pero he estado esforzándome para saber cómo seguirán los otros caps y espero que les guste aunque sea poquito este de hoy. Espero ir ganándome su perdón conforme vaya actualizando u.u

¡Gracias por leer!

AtrapadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora