El moreno no podía dormir, sentía demasiada hambre.
-¡maldición!- gritó y bajo las escaleras dirigiéndose al comedor.
Abrió el refrigerador y toda la comida que había en el le producía ansiedad, quería devorarse todo.
no lo hagas querido Zayn.
-¡cállate!- dijo empezando a llorar, las voces siempre estaban ahí para atormentarlo.
Agarró una hamburguesa y la deslizó sobre su boca.
¿deliciosa hamburguesa, verdad?
El asintió y abrió la boca para darle un mordisco.
eres un idiota pequeño, no puedes con nada.
llevas dos días de ayuno, ¿de verdad quieres arruinarlo?
Las manos de Zayn temblaban.
gordo Zayn, vas a devorarte todo.
-¡basta! déjame en paz, por favor-
prueba la maldita hamburguesa.
Levantó a la misma y le dio un bocado, la saboreó como nunca, estas eran sus favoritas.
¡idiota!
gordo, imbécil.
Se tapó los oídos, las voces lo aturdían.
-no, no, no, ¡no!-
tienes que deshacerte de eso.
Rápidamente corrió hacia el baño y vomitó el pequeño bocado que había comido.
Después de eso se acostó en su cama y se durmió.