Eran las 3:45 de la madrugada, y yo estaba hecha mierda, mi cuerpo no reaccionaba, y antes de parpadear, estaba en mi cuarto de baño, vomitando ese líquido rojo que salía por mi boca, poco después también salió por mi nariz, sentí a alguien observándome. “Mamá, Chelsea volvió a vomitar” la voz de mi hermana hablo y justo después se acerco a mí a sobar mi espalda y tomar mi pelo, para que este no se llenara de ese liquido viscoso que salía por mi boca y nariz. “todo estará bien” decía mi hermana en mi oído, yo no paraba de vomitar. Mi cuerpo no se detenía, mi garganta tampoco.
“¿Estás bien mi niña?” preguntaba mi madre en la puerta de mi cuarto, solo voltee a verla, la sangre escurría de mi boca y nariz. “
¿te parece que estoy bien?” Volteé de nuevo hacia el espejo de mi baño, tome una toalla y limpie mi cara. “Elisa, despierta a tu padre, que iremos al hospital” mi madre se dirigió a Elisa, mi hermana obedeció rápidamente y salió de mi habitación, mi madre se acerco a mí y me dio abrazo. “Tu maldito abrazo no cura mi cáncer” dije sínica y me despeje de ella, odiaba ser así con ella, pero ella no ponía de su parte, nunca me atendía, perece que mi hermana es mi mamá, que, aunque sea más chica que yo, es la mejor atendiéndome, si debería de ser al revés, yo cuidarla. “Chelsea, por favor” “Por favor que mamá Dime, ¿qué? ¿Desde cuándo te importo?” Me pare de mi cama, tome una maleta y empecé a meter mi ropa, sabía que me iba a quedar varios días en el hospital. “Desde que naciste” esas palabras hicieron que dejara de acomodar mi ropa. “¿Qué?” dije volteándola a ver, de su cara escurría arrogancia, esas malditas palabras ni ella se las tragaba. “Dije, desde que naciste” “¿Desde que nací? Cuando nací tenias 13 años mamá, eras una niña, no me cuidaste, me dejaste con mi abuela, sola, mi abuela estaba ciega y yo la cuide a ella, no ella a mí, a los 3 años cocinaba, y mi manos tenían quemaduras de cuarto grado y a ti te importaba un reverendo cacahuate, solo llegabas borracha, después, nació Elisa, y murió mi abuela, mi mundo se vino abajo y aun así tuve que hacerme cargo de mi hermana por 5 años, 5 jodidos años en los que estuviste en vicios, 5 años en donde vivimos debajo de un puente, 5 jodidos años que no estuviste a nuestro lado.” De mis ojos caían lágrimas, y poco después mi nariz empezó a sangrar de nuevo, corrí al cuarto de baño y empecé a vomitar ese maldito liquido, justo después llego mi padre, me cargo y puso una sabana encima, después quede profundamente dormida. Desperté en una cama, con un camisón azul, y cables conectados a mis venas, voltee a ver a los lados y mi hermana y mi padre estaban ahí en el sillón dormidos, admiraba tanto a mi padre, como nos ama, si biológicamente no somos nada de él, como se preocupa por mi y por mi hermana, aun sabiendo que él no tiene ninguna responsabilidad ante nosotras, también, admiro a mi hermana, ella tan pequeña, tan frágil con tan solo 12 años de edad, es la persona que más me ha ayudado con esto de mi enfermedad, recuerdo, cuando yo la cuidaba, a veces quisiera regresar a el tiempo de antes, el tiempo en donde mi cuerpo era sano, en donde no sabía la existencia de este hospital, en donde no tenía cáncer, volteo a mi alrededor y es frio con sus paredes blancas, en mis muñecas hay cables conectados a una cabina de pulso, ¿cómo mierda llegue hasta aquí? ¿Cuándo llegue a este hospital? ¿Cuándo el cáncer vino a mí? Ya no aguantaba ni un segundo más en esa cama, así que me levante, tome mi bolsa de medicamento, el cual daba a mis venas y sin hacer ruido Salí del cuarto 508 . Afuera todo estaba frio, camine con cuidado. “Señorita, ¿a dónde va?”. –Mierda- pensé, me detuve en medio del gran pasillo y voltee a ver quién me estaba hablando.