“Yo solo, solo” mis manos empezaron a sudar y mi boca a tartamudear. “Usted sabe que hay reglas estrictas en este hospital, que ningún paciente debe de estar afuera de su habitación después de las 9:00 y mire-dijo viendo su reloj- son las 9:30” Hablo aquella mujer vestida de blanco. “Hey, Shawty, ¿dónde has estado?” otra voz se interpuso en la discusión que tenia con la enfermera, sin entender nada voltee a ver hacia atrás, pues de ahí provenía aquella voz. “¿He?”. El chico que había hablado camino justo enfrente de mí. Puso sus manos sobre mis hombros y dijo: “Perdónela, es que ella me estaba buscando”• -quien y que mierda le pasa a este- pensé. “Pues aquí hay reglas estrictas y usted lo sabe señor Bieber” Soltó la enfermera. “Si, lose y lo siento, fue mi culpa” dijo aquel chico. “Está Bien, Señor Bieber, pero que no vuelva a pasar” después de decir esto, la enfermera se giro y siguió su camino. “¿Quién MIERDA ERES?” Solté casi gritando. “Hey, así tratas a alguien que te ayuda, pobre de tus padres” soltó este con una sonrisa en sus labios. “¿No sé quién eres, no sé cómo te llamas, y porque mierda hiciste eso?”• hable. “Pues vi que necesitabas ayuda” “Estaba bien, gracias” “Claro” soltó con sarcasmo. “Hash, como sea, ya me voy, gracias.” Dije y me gire para seguir mi camino. “¿Hey, espera, no quieres saber mi nombre?” Dijo camino hacia mí. “No, ya lo sé, tu nombre es Bieber•”. El solo rio, •”Ese es mi apellido” “Ah” dije desinteresada y seguí caminando. “¿y?” dijo el delante de mí. “¿Y qué? Solté. “¿Y no quieres saber mi nombre?” “¿Si me dices tu nombre, me dejas ir en paz?” dije honesta. “No” dijo él con una sonrisa en sus labios. “Entonces no” dije y seguí caminando. “No, era broma, si, si te dejare ir” dijo el riendo. “ash, está bien, dime tu nombre” dije haciendo pucheros. “Me llamo Justin, Justin Bieber” “Oh genial, gracias Justin” dije y camine por decima vez. “¿No me dirás tu nombre?” -como molesta este chico- pensé. “Tú me dijiste que, si te dejaba que digieras tu nombre me ibas a dejar en paz” Dije un poco desesperada. “Oh, vamos, dime cómo te llamas” Dije haciendo una cara de perrito, “Está Bien, me llamo Chelsea•” “Lindo nombre Chelsea•” “Gracias.” Dije con una sonrisa en mi cara. “¿Quieres que te acompañe a tu habitación?” Dijo el amablemente. “No gracias,” dije y camine por novena vez. “Está bien, entonces te acompaño” –aparte de desesperante es terco- pensé.- Sabia que si me negaba iba a estar diciéndome hasta que aceptara así que no dije nada. “¿Y porque estás aquí?” pregunto él. “Porque es un hospital” conteste fría. “sabes a lo que me refiero” “Porque estoy enferma” dije seca. “Oh” dijo él, y un silencio incomodo vino, el entendió que no quería decirle. “¿Y tu porque estás aquí?” –Mierda- pensé, no debí de hacer esa pregunta. “¿Am yo?” “No, el piso, si tu”. “Yo no estoy enfermo” “¿Entonces porque la enfermera sabia tu apellido?” “Porque vengo a este hospital muy seguido” “Pero si dices, que no estás enfermo, porque vienes” solté, realmente no tenía nada más que hacer que preguntar. “Porque, Hey tu eres ahora la que pregunta” dijo el viéndome con su sonrisa. “Si, no me quieres responder, no lo hagas” Dije y justo antes de abrir la puerta de mi habitación, ya que, ya habíamos llegado me dijo: “Porque mi hermana pequeña, tiene cáncer.” Me gire para verlo, y el estaba con sus manos metidas en las bolsas de su pantalón y su cabeza agachada. “Lo siento mucho Justin” sabía más o menos por el dolor que pasaba, yo tengo cáncer y mi padre y mi hermana sufren mucho, a veces quisiera morirme para no verlos sufrir, pero no se puede. “Si gracias, ya tengo mucho tiempo aquí, bueno, me tengo que ir, nos vemos Chelsea” se giro y se fue. – Vaya que chico, y pensar que al principio fui grosera con él, me siento mal- pensé. Después de eso abrí con cuidado la puerta de mi habitación y entre de puntitas para no despertar a mi papá y a Elisa. Acomodé la bolsa de medicamento en su sostén y me acosté en la cama, no podía dormir, no dejaba de pensar en Justin, en cómo ha de sufrir, si vaya tener cáncer no solo afecta a uno y si no a todos los miembros de tu familia. -Tan sonriente y tan lindo que se ve, pero pues esa sonrisa esconde eso, un “eso” que le cambio la vida. Mañana lo buscare y le pediré perdón por lo mal que lo trate.- Pensé y después me quede profundamente dormida.