"Bastardos"

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"...podía escuchar sus desgarradores gritos, podía verlo, incinerandose, pidiendo piedad por su miserable vida, pero ya era tarde. Su vida ya estaba por terminar, iba a dar su último suspiro en este asqueroso mundo. Sus últimas súplicas. Murió minutos después, ante mis ojos.
La luz de repente se hizo cegadora... Despierta... Despierta..."

-Despierta, hijo, se te va a hacer tarde para ir a la escuela-

Otra vez esos sueños, me atormentan todos los días, soñando con lo mismo. Jamás pude ver el rostro de la persona a la que torturaba. Me levanté desganado y fui a bañarme para ir a la escuela.
Escuela... Siempre es lo mismo. Problemas y más problemas.

Luego de vestirme, desayunar y demás, me fui a la escuela, no sin antes despedirme de mi madre y mis hermanas. Mi padre había muerto hace dos años, por culpa de un tiroteo. La verdad, no lo extraño tanto. El era el "líder" de una pandilla de la calle, casi nunca venía a casa, y si lo hacía, solo venía a tratarnos mal. Por lo menos nos enviaba dinero para los gastos de la casa. No han cambiado tanto las cosas, mi mamá consiguió un trabajo y ahora vivo con mi mamá y con mis dos hermanas, Sharon y Stacy.
...
Llegué a la escuela, no quedaba tan lejos, podía ir a pie.
Entré a la escuela y, como ya lo esperaba, ahí estaban ellos...
Dylan y Jhonathan. Los alumnos más idiotas de esta escuela, molestando a cualquiera que se le atraviese. No tenían nada más que hacer.
Era la costumbre que me fastidia tan, así que simplemente los ignoraba, pero, en realidad si me dolía lo que me decían.
Pasé a mi aula, como siempre al entrar todos me miraban mal. Unos cuantos me veian con lástima. Los ignoré al igual que a Dylan y me concentré en lo que decía el maestro de ciencias.
Tocó la campana para el recreo. No iba a hacer nada hoy, o eso suponía.
Salí a la cancha principal. Me encontré con los chicos jugando fútbol. Toda mi vida he querido jugar meter un gol, mostrarle a la gente que no soy tan inútil como ellos piensan.
Le pedí a uno de los chicos más amables si me dejaría jugar. Me dejaron de portero. No era tan malo después de todo. Eso pensaba. Varias veces los chicos me lanzaban el balón a la cara, a propósito. Sonó la campana para entrar a la siguiente clase. Todos se reían de mí mientras entraban a sus aulas. Los dejé decir lo que quisieran y me fui al aula de matemáticas. En el pasillo me encontré con Dylan y sus amigos viéndome y sonriendo de una manera aterradora.
Dylan se me acercó, manteniendo su asquerosa sonrisa.
- Vaya, miren ¿A quién tenemos aquí?-
A mi, imbécil ¿A quién más?
- ¿Que quieres, Dylan? ¿Es que no se cansan de fastidiarme
- Oh, pero si el niño se cree muy altanerillo, ¿No?- dijo, riéndose?-¿Que qué quiero? Mmm veamos... Tengo bastante hambre, ¿Sabes? Y no traje dinero. Tal vez tú querrías ser tan amable de prestarme un poco-
- Soñar es gratis ¿Sabes? Jamás te daría nada- traté de sonar "amenazante".
Dylan ordenó que me llevaran. Traté de resistirme, pero era inútil, soy menos fuerte que ellos.
Me llevaron hacia los baños. Allí todos me empezaron a patear en el estómago. Claro, si hacían eso, nadie se daría cuenta de los moretones. Deje de oponerse. Era simplemente inútil. Cuando Dylan vio que era suficiente, dejaron de golpearme.
Estaba tendido en el suelo, boca abajo. Dylan me tiró del pelo, para que pudiera verlo.
- Esto te enseñará a no negarme nada, pequeña rata-
Me dijo, y se fueron. Tardé unos segundos en levantarme. Estaba completamente adolorido, no podía moverme fuerte. Me levanté y me vine en el espejo. Me alcé la camiseta para ver los moretones. Hice una mueca de desagrado. Jamás lloraba por esto, pero ya se había vuelto insoportable. Pero no le iba a decir a nadie. No querría tener más problemas. Me encerré en uno de los baños y me puse a llorar. No volveré a dejar que me hagan esto. Pero ¿Como?
Hazlo...
Hazlo...
Hazlo...

Voces En Mi InteriorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora