Capítulo 3: Miradas.

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-¿Y entonces, Lauren? ¿Aceptas mi propuesta? -Insistió Camila, cuando no hubo una respuesta inmediata.

Solté un suspiro. Tenía ganas de preguntarle el porque de su repentina conversación, el porque ahora ella parecía tan agradable conmigo. Abrí la boca para hablar, pero el nerviosismo me hizo incapaz de producir sonido alguno, y sólo asentí, dando así una afirmativa respuesta.

-¡Gracias, Laur! -La castaña me sonrió, y alcanzó una de mis manos para dejar un suave apretón.

¡Dios! No podía creer que esto estuviera sucediendo. El contacto tan delicado de su mano sobre la mía, provocaba un sinfin de intensas emociones en mí, y no supe como ni porque, pero me atreví a mirarla directo a los ojos.

Por primera vez, tenía la dicha de estar mirando de cerca sus hermosos ojos que eran de un lindo color chocolate. Pero, ¿lo mejor de todo? Que ellos también me miraban a mí, y esta vez, no era un sueño.

Estuvimos ahí, observándonos en absoluto silencio, completamente ajenas a lo que sucedía a nuestro alrededor. Mi corazón latía con tanta fuerza, que sentía que en cualquier momento se podría detener.

Fueron cerca diez segundos, que para mí significaban la más increíble eternidad.

-¡Mila! -Interrumpió una chica entrando al salón de clases.
Inmediatamente, la conexión de miradas entre Camila y yo, se rompió.

-¿En dónde estás, chica? Normani y yo llevamos esperándote desde hace... rato. - La chica alta detuvo sus palabras cuando se percato de mi presencia.
Pude sentir su mirada curiosa sobre mí, e inmediatamente bajé la cabeza.

-Cálmate, DJ. -Rió Camila levantándose de la butaca. -Ya vámonos.

Levanté un poco mi cabeza, observando como la mujer de mis sueños se dirigía junto con su amiga a la puerta, y una clara mueca de tristeza cruzó por mi rostro.

Tomé una larga respiración, y me desplomé rendida sobre mi butaca.

Camila Cabello se iba así, ignorándome... de nuevo.

[...]


Media hora más tarde, salí del aula y caminé rumbo a mi casillero. Los pasillos yacían desiertos, y nadie pudo notar mi deprimente estado de ánimo. Mejor así. No quería que alguien viniera a molestarme, sólo por el simple hecho de sentir.

Me acomodé las gafas, que habitualmente colgaban de mi rostro, y me dispuse a abrir mi casillero. Para mi sorpresa, sobre la puerta de éste, se encontraba una nota de papel. Totalmente confundida la despegué, y comencé a leer lo redactado con una hermosa letra:

 Totalmente confundida la despegué, y comencé a leer lo redactado con una hermosa letra:

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La sonrisa que iluminó mi rostro fue inmensa. ¡Era una nota de Camila!
¡Ella no me estaba ignorando! ¡Ella quería realizar el trabajo conmigo!

Y hoy... ¡Hoy la volvería a ver!

Miré una vez más la nota, y la marca de su labial pintando sus labios sobre el papel, me hizo sentir un profundo enamoramiento. No lo pensé más, y dejé un beso sobre la marca de pintura. Sonriente, doblé la hoja de papel, y la guardé dentro de mis holgados pantalones.

Miré mi reloj, eran las 3:00 PM.
Tenía tan sólo dos horas para prepararme.

Corriendo, salí del colegio.
Caminaría hasta llegar a mi casa, y en tan sólo dos horas más, la volvería a ver.

Volvería a ver a Camila Cabello.

LA NERD (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora