POV Willyrex. (Se viene lo bueno e.e)
Me molesta que Rubius se comporte de esa forma con Alice. Si fuera yo, la hubiera invitado a salir.
Si, me gusta Alice, ¿y qué? El problema es que no sería capaz de "pelear" por ella contra Rubius; es una amistad de mucho tiempo para que una chica venga a separarnos, pero es que Alice es simplemente... la chica que quisiera para mi. Espero que Rubius la cuide muy bien, sino yo aprovecharé.
-Willy. Willy. Hey...- alguien me susurraba en el oído mientras dormía.- Willy, despierta... Necesito un favor.
-Uhmmhumm uh....- fue lo único que logré decir entre el sueño y la realidad.
-Rubiuh, ¿te falta mucho?
-Que Willy no se quiere despertar.
-Jodeh...- escuché pasos y en dos segundos me encontraba en el suelo con los ojos abiertos.
-¡¿PERO QUE DICES?!- les grité.
-Es que no te despertabas y bueno...- comenzó a disculparse Mangel.
-¿Qué queréis?
-Quería que nos acompañaras a buscar a Alice y a Martha.
-¿A dónde?
-Por Málaga, no sabemos donde están y no nos contestan.
-Me cago en... Vamos.- me levanté, me di un buen baño y me vestí para acompañarlos. Comenzamos por recorrer la plaza, luego algunos otros sitios como cafeterías, calles, centros comerciales, etc. Me estaba cansando ya hasta que Rubius pensó en dividirnos y expandir nuestros horizontes.
A mi me tocó ir en taxi a otra plaza algo alejada de donde estábamos. Esta plaza estaba muy solitaria con solo unas tres personas dando un paseo por allí. Di cuatro vueltas por dentro y por fuera de la plaza y recorriendo algunas de las partes al rededor de la misma.
Me rendí y me senté en una banca en la parte mas alejada dentro de la plaza, me disponía a llamar a Rubius y a Mangel para ver si alguno la había encontrado cuando...
-¿Willyrex?
Me di la vuelta y, como si hubiera visto al mismísimo ángel mas hermoso caído del cielo, sonreí ampliamente. Alegre de encontrarla yo y nadie mas.
-Te estaba buscando.
-¿En serio?
-Si, he recorrido media Málaga buscándote. Y no es broma.
-Quién hubiera pensado que Willyrex saldría a buscar a alguien, y mas a una chica.
-Haré oído sordos a eso. Ven, siéntate.
Me hice a un lado para que Alice se sentara y aprovechar para apoyar mi brazo en su hombro. Pero, en serio, no lo hice a propósito, lo hice sin pensar.
-Y ¿qué haces por aquí?
-Vine a hacer las fotos para la revista. Me disponía a irme pero te vi aquí sentado e indefenso y me acerqué. Para qué me buscabas, por cierto.
-Bueno...- buena esa, pringao; ahora qué dirás.- Me dijeron, en realidad nos dijeron, que te ibas mañana y decidimos buscarte.
-¿Decidimos? Tu y cuántos mas están en este juego.
-Mangel, Rubius y yo.
-¿Rubius está buscándome?
¡Puff! Y tan rápido como llegó mi alegría, se fue. Si, estaba clarísimo que ella tenía cierta atracción hacia Rubius; era de esperarse.