¿Pareja de enamorados?

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Liam regresó turbado al interior de la casa, confundido por lo que experimentaba cuando tenía a esa joven cerca, cuando la veía a los ojos y cuando tocaba sus manos y ya no estaba tan seguro de si en realidad seguía ofendido por lo que había pasado en el bosque la primera vez que se vieron o si aquella sensación se debía a algo más. El último pensamiento lo preocupó un poco, pues en Londres había visto mujeres hermosas, hijas de nobles, importantes negociantes, terratenientes y hacendados, provenientes de familias adineradas y ninguna, le había intrigado tanto, como la cuñada de su mejor amigo.

Lamentablemente, él debía de cuidar su imagen, su apellido y su familia, no podía poner sus ojos en cualquier mujer, porque la que escogiera para algún día convertirse en su esposa, debía pertenecer a su misma clase social, de esa manera lo habían educado desde muy pequeño y era su deber continuar con esa tradición, además, era lo que todos esperaban. Con eso en mente, regresó a la sala en donde se había quedado su hermana, quien lucía bastante contenta y satisfecha con su nueva amistad.

—Veo que tú y la señorita Griffith, se llevan muy bien—comentó este al entrar.

—Sí, estas en toda la razón, hermano, la señorita Griffith y yo, somos muy buenas amigas.

—¿Amigas? ¿Cómo estás tan segura de eso si apenas has hablado con ella dos veces?

—Y eso me fue suficiente para descubrir la gran persona que es, desde el primer día en que la conocí, supe que podía confiar en ella, es muy inteligente, me agrada mucho su compañía, además de que es muy culta y no se acercó a mí por otras intenciones—miró fijamente a su hermano mayor y él supo a lo que se refería—¿A ti no te agrada ella? —quiso saber asustada, temiendo que la alejara de su única amiga.

—Si a ti te agrada, yo no tengo ningún inconveniente con que tú y ella sigan siendo amigas y bueno, aunque no pertenece a nuestra misma clase, supongo que no será una mala influencia para ti

Violet lo observó con atención.

—Liam, ¿por qué te preocupa tanto la clase social de las personas? —La gente no vale por lo que tiene, sino, por lo que es y te aseguro que la señorita Griffith, tiene más y mejor educación, que cualquiera de esas mujeres frívolas que solo se acercan a mí, nada más por interés o porque de alguna manera, quieren acercarse a ti o que yo les ayude a que sean agradables ante tus ojos—soltó un poco irritada y al pelinegro lo sorprendió mucho su convicción y la seguridad con la que había expresado aquellas palabras, algo poco común en ella.

Cuando estaba dispuesto a responderle, un Lacayo los interrumpió, para informarles que una nueva visita, había llegado.

*******

Los días continuaron transcurriendo con total normalidad y en varias ocasiones, Kirsten fue a visitar a Violet, luego, esta le devolvía la visita y así sucesivamente, hasta que se volvieron casi inseparables e incluso, la menor de los Fernsby, ya se sabía de memoria la canción de piano que su madre les tocaba a ella y a su hermano, cuando eran unos niños. Liam se sentía muy satisfecho por ello, pues esa pieza, a él también le traía muchos recuerdos, unos dolorosos y a la vez hermosos, porque aquella había sido una de las mejores etapas de su vida y aunque no lo dijera, ni lo demostrara, se sentía profundamente agradecido con la señorita Griffith, porque se había tomado su tiempo para enseñarle a su querida hermana, además de que le tuvo mucha paciencia, ya que no había sido una pieza fácil de aprender.

Su relación con ella en todas esas semanas fue prácticamente nula, porque cuando la castaña llegaba de visita, él desaparecía en su estudio o en cualquier otra parte de la casa donde no pudiera topársela, sin embargo, en una que otra ocasión, cuando Violet y ella salían al jardín, se encontró observándola a escondidas, desde una de las tantas ventanas de la residencia y sus ojos se habían desviado múltiples veces, a aquellos rojos y apetecibles labios, se veían tan carnosos, tentadores y deseables, que no pudo evitar imaginarse como sería su sabor y suavidad y también le dio mucha curiosidad, saber, si alguien ya había tenido el privilegio de besarla.

Fascinante TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora