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Después que compartimos hasta las 5 de la mañana con los chicos, cada quien se fue a su lugar. Christopher, Erick, Zabdiel y Joel se fueron a casa a compartir entre amigos. Richard se quedó durmiendo en el sofá porque las cervezas que se había tomado no le dejó fuerzas para subir las escaleras. O'Neal se quedó en la habitación de los invitados.

Yo subo a mi habitación solo con sueño y algo de cansancio. Había decidido no tomar absolutamente nada de bebidas alcohólicas, solo agua o jugo.

Lo único que pasa por mi mente fue la promesa que Richard me hizo entrando el nuevo año. Hay cosas que Richard todavía no conoce de mí, a penas llevamos un mes conociéndonos y él me trata como si me conociera toda la vida, como si me amara desde antes.

Yo solo estoy preocupada por que el maldito de Cristian, Matt o Jhon intenten hacerle daño a Richard. Es lo único que me preocupa, por lo que tengo miedo que siga una relación conmigo sabiendo que su vida conmigo estará llena de peligros.

Después de pensar tanto termino en un profundo sueño.

...

Me levanto a las 4 de la tarde por el olor a comida que logre olfatear.

Me doy un baño y me pongo cómoda, solo un simple vestido de estar en casa.

Bajo a la cocina y estaban Richard y O'Neal calentando la comida que quedó de la cena navideña de anoche.

— ¿Tenían planeado comerse eso sin mí?— pregunto entrando a la cocina.

— Si no te hubieses levantado no te hubiésemos dejado nada— O'Neal se sirve un plato solo de pollo—. Lo siento Amaya, pero las reglas son reglas.

— ¿Entonces acá no soy nadie?— le quito el plato a O'Neal y me siento a comermelo.

— ¡Ese era mi comida!— pone cara de loco.

— Y ya no queda más— Richard sale de la cocina con el plato con más pollo que el que tenía O'Neal—. Te toca comerte la ensalada.

— ¡Diablos!— se molesta.

Richard y yo hicimos una carrera de quien se comía el pollo más rápido. Tenía tanta hambre que me comí el pollo y algo de ensalada y Richard aún no había acabado.

Voy a la cocina a fregar y limpiar los desechos de anoche.

— ¡Amaya!— Richard me grita.

— ¿Qué pasó?— me asusto.

— Solo era para decirte que iremos con O'Neal al supermercado, ya no queda nada de comida en el refrigerador.

— Pensé que era algo más grave— me molesté por el susto que me dieron por esa tontería.

— La falta de comida es algo muy pero muy grave— pone cara de ofendido.

— Como digas Richard— sigo en mis quehaceres. Como 10 minutos después de que Richard y O'Neal había salido tocan el timbre—. ¡Voy!

Abro la puerta y había un hombre con unas rosas rojas tapandose la cara.

— ¡Ay Richard mi amor gracias!— me emociono hasta que aquel hombre se quita el ramo de flores de la cara.

— No soy Richard, pero si soy tu amor— dice aquel cínico que resultó ser Jhon.

— No quiero que me visites, chao— cierro la puerta pero el la detiene con su pie.

— Tú y yo nos merecemos una explicación, ¿no crees?

— Yo no tengo que explicarte nada y tú mucho menos a mí.

— Amaya nos íbamos a casar, íbamos a formar una familia, yo quería que fueras mi mujer pero lo arruinaste todo.

— Primero, yo no quería casarme contigo, me obligaron. Segundo, yo jamás formaría una familia contigo y tercero, lo que hice lo hice por mí y por amor a Richard. No iba a perder al único que hombre que me ha tratado como una reina sin importar lo maldita que fui con él al principio y aún así me quiere. No iba a cambiarlo por alguien que no amo ni quiero como lo eres tú en éste caso.

— ¿Crees que no tengo sentimientos que me dices todo eso así por así?

— Por mí sé que no tienes.

— En fin, también viene a decirte que si no conocías a Gema.

— Sí la conocí, la esposa de Pedro.

— Parece que Pedro se enteró que tu y ella hablaron y desde ese entonces no se ha vuelto a ver, no aparece.

— ¿Qué Pedro le habrá hecho?— me preocupo.

— Eso no se sabe, solo escuché eso y que estaba embarazada— sentí un frío en todo mi cuerpo.

— No puedo creer que Pedro sea capaz de hacer eso otra vez.

— ¿Hacer qué?

— Olvidalo, ¿te puedes ir?

— Sí claro— me ofrece las rosas.

— Llevatelas— le pego la puerta en la cara y sigo en mis quehaceres.

Tengo demasiada preocupación por esa chica Gema, que parecía muy que no sabía en que hoyo se estaba metiendo y mira lo que resultó ser.

Me siento en el sofá a comerme unas palomitas y sigo mirando el maratón de Harry Potter que no terminé la otra vez.

— ¡AMAYA!— tocan la puerta casi retumbandola.

— ¿Qué pasó?— abro la puerta y O'Neal entra preocupado y solo.

— ¿Richard está aquí?

— No ha llegado, pensé que estaba contigo.

— Tengo mas de 2 horas que me dijo que lo esperara y no aparece.

— ¡¿Qué?!

— Richard desapareció.

Mi Objetivo |Richard Camacho|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora