Confesiones a tu espalda.

Manías.

  Tienes la manía de enfadarte por pequeñas tonterías que luego son las mismas que te hacen reír en segundos. De tomar dos cucharadas de azúcar con el café y que no falte la mitad de otra si no es en tu lugar favorito, podrías poner el mundo patas arribas. Te gusta ir a contracorriente de todo el mundo porque tú marcas tus propias reglas. Si hace frío vas con los cachetes rojos, pero sin calcetines, si hace calor las gotas recorren tu frente mientras llevas sudaderas más grandes que tú. Selfies a montones y no por moda, simplemente porque te ves más guapa, más tú. Con esa cara de niña buena que invita a pecar en cualquier infierno. Música en tus cascos veinticuatro/siete, que si el día sale gris siempre tienes las palabras de Suarez para levantarte, pero... cuando te despiertas y eres tan tú, tan vamos a bailar incluso en la encimera, ese día... puede salir Queen y marcarse un solo con ella. Pero es que son tus cosas, tus manías lo que te hace especial, y joder... como me gustan.