Capitulo 1

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En el país del fuego, lugar donde inicia nuestra historia, más específicamente en sus bosques donde un pequeño niño de unos 7 años corría con todas sus fuerzas, tratando de huir de su antigua vida, tratando de cambiar la asquerosa verdad que tenía que soportar, de alejarse de todos y de todo, de su familia y de esa aldea que solo le recordaba el amargo sabor de la soledad. Realmente odiaba todo eso, pero lo peor es que su propia familia lo llevo al camino de la soledad y del dolor que estaba sintiendo.

Este pequeño niño rubio se llama Namikaze Uzumaki Naruto contenedor del alma del Kyubi no Youko (Demonio de Nueve Colas), hijo de Yondaime Hokage, Namikaze Minato y de Uzumaki Kushina, hermano de los contenedores del Chakra del Kyubi, los mellizos Menma y Kazumi, los "salvadores" de konoha; niños mimados si le preguntas al pequeño, pero eso es otra historia.

Sucede que hace ya 7 años el rey de los Bijuu (Bestia con Cola) ataco la aldea casi devastándola en el proceso pero gracias a los esfuerzos combinados del Sandaime Hokage, Sarutobi Hiruzen, y de su padre, fue detenido siendo sellados en ellos recién nacidos.

El incidente fue clasificado como un desastre natural y sus hermanos fueron nombrados los salvadores de la aldea ya que, en un gran y ceremonial discurso, Yondaime informo a toda la población que ellos eran los carceleros el poder de la bestia, conteniéndola en sus pequeños cuerpos. La aldea no dudo en las palabras de su querido líder y ese mismo día se llenó de festejos y celebraciones.

Nadie advirtió sobre él bebe con curiosas marcas en las mejillas que lloraba en las entrañas del hospital, el mayor del matrimonio Uzumaki Namikaze, quien esperaba inquieto a sus padres quienes atendían a sus llorosos hermanos; nadie sabría que estos acontecimientos darían un giro total al destino

Verán, la historia del primogénito Namikaze era algo que no todos los días se ve. El nació y fue objeto de atenciones por parte de sus padres, ya que eran primerizos; fue dotado de amor y protección, pero tiempo despues, fue dejado de lado cada vez más ya que sus hermanos necesitaban una mayor atención, era comprensible hasta cierto punto ya que tenían una masa de gigantesca chakra contenida en sus jóvenes cuerpos, por lo que recaía en sus padres la continua necesidad de mantenerlos a salvo evitando que el poder se filtrara de alguna forma. Si bien esto es comprensible, no era entendible que dejaran al mayor a tal grado de que si no lloraba no lo recordaran. Era triste, pero era verdad, con el tiempo el matrimonio dejo completamente a parte al niño rubio quien se tuvo que valer casi por su cuenta, casi, sino fuera por el apoyo de un pelinegro. Una de las personas más valiosas para Naruto.

Recordaría ese día por el resto de su vida, el día en el que alguien al fin lo noto y confió en el a tal punto de lo llamo "hermano". Había huido de casa, como se la había hecho costumbre, dirigiéndose a lo profundo de una zona boscosa que encontró, con la esperanza de que sus padres notaran su ausencia, irían a buscarlo, lo encontrarían, reflexionarían sobre sus errores y volverían a casa para ser una familia feliz. El tiempo paso quedando el sol ocultándose en el horizonte, doce horas, doce horas se quedó el pequeño Naruto varado en el bosque y ni un alma se presentó, para esos momentos ya lloraba desconsoladamente al saberse por completo ignorado hasta el punto en el que se quedó allí dormido, en la fría intemperie sin haber leído el cartel que existía en la malla que delimitaba esa área donde se leía "Zona 44"

Despertó después, siendo llamado por una voz, al parecer de un joven – Niño, niño... ¿estás bien? – el pequeño rubio abrió los ojos poco a poco, reacciono mas rápido pensando que probablemente sería su padre quien lo llamaba pero una vez que su visión se volvió nítida solo encontró a un hombre de cabello negro vistiendo en un traje ANBU, lo cual hizo que se deprimiera bajando la cabeza.

– Si, estoy bien señor - bajo la cabeza tratando de evitar las lágrimas mientras el pelinegro apretaba los dientes ¿Cómo rayos era que un niño de unos 4 o 5 años estuviera solo en el bosque? Eso era inhumano, ¡por dios ese sitio era conocido como "el bosque de la muerte"!, un sitio donde solo se podían adentrar los ninjas experimentados sin sufrir peligro de muerte, el solo pensar lo que le podría pasar al joven que tenía al frente le hacía hervir la sangre ante tal irresponsabilidad.

El Resurgir del Dios ShinobiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora