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Siempre pongo que el capítulo está editado al final, pero quería dejarles una muestra de cómo me encuentro escribiéndoles Blue en estos momentos:

Siempre pongo que el capítulo está editado al final, pero quería dejarles una muestra de cómo me encuentro escribiéndoles Blue en estos momentos:

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Espero que mi perrito durmiendo dentro de mi sudadera los bendiga, continúen su lectura kdhsksjd 💖✨

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—Estamos aquí, estamos aquí.

El paladín amarillo estaba hiperventilando, mientras caminaba de un lado hacia el otro y repetía la misma frase.

—Estamos aquí, estam—

—¡Hunk, cálmate! ¡Por favor! —Pidge le gritó estresada—. Si te desvives diciendo que no es tú novia, ¿por qué andas con esos malditos nervios?

—Pidge, basta —la frenó Shiro—. Hunk solo está enamorado, no puedes culparlo.

—¿Es qué el enamoramiento siempre tiene que justificar la idiotez? —reclamó ella de vuelta.

—¡No es nuestra culpa que jamás te hayas enamorado! —gritó el paladín rojo, sorprendiendo a todos—. Créeme que, cuando estás tras alguien, no puedes controlarte, así que déjalo solo.

La sala de control se quedó unos momentos en silencio, hasta que las carcajadas de la castaña rompieron la tensión.

—¡No puedo creerlo! ¡El emo Kogane acaba de declarar que está enamorado de alguien!

—¿¡Y qué te hace creer que yo no me puedo enamorar!? —su cara estaba tan roja como un tomate maduro.

—Espera, acaso... ¿De verdad te gusta alguien? —habló Shiro de forma sorprendida.

—Pues... —él bajó la mirada y la posó en sus zapatos—... S-sí.

El japonés lo observó por unos segundos en donde todo era silencio— No. Puedo. ¡Creerlo! —tomando por sorpresa a Keith y a los demás, Shiro lo cogió por sus costados y lo alzó—. ¡Jamás pensé que iba a estar vivo para escuchar estas palabras! —tras dar unas vueltas en el aire con su casi hermano, lo devolvió al piso y le brindó un gran abrazo—. Estás tan grande, Keith. Y yo que aún recuerdo cuando tenía que hablar con tus profesores de primaria por tu mal comportamiento —sollozó sobre el hombro de él.

En todo ese momento, la paladín verde no había podido tomar ni siquiera una pequeña bocanada de aire por la risa. Había estado estos últimos minutos riendo a todo pulmón, y, en un movimiento algo brusco, cayó de espaldas al suelo desde su silla.

—N-no... —trataba de hablar entre inhalaciones profundas y nuevas carcajadas—. No m-me... M-m-me l-lo... C-creo...

Aunque los nervios fueran bastante fuertes, no evitaron que Hunk, preocupado, corriera hacia su compañera para verificar si seguía viva o había muerto a causa de un ataque de risa.

Blue. [Klance] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora