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Ares fue bajando los besos por el vientre, acariciando suavemente la cintura con sus manos, empezando a rodear los senos de Luba, logrando estremecer la.

-A-Ares...-jadea.

Ares la mira deseoso, más luego justo al llegar en el monte de venus, lo muerde levemente logrando que ella se estremece y jadea ante tal erotismo como sensaciones vividas.

Él baja dejando su boca y aliento vayan descendiendo en dirección al capullo -la vulva-, dejando suaves besos, junto su lengua caliente rozar aquella zona sensible, aquel botón de placer el ella.

Luba por reflejo lleva a encorvarse, sin poder evitar soltar un suave gemido, música armoniosa para nuestro querido dios de la guerra.

-Ah~... No detengáis tu cometido... --gime suplicante.

Una leve sonrisa aparece en los labios de Ares, y sin pensarlo dos veces.

-No lo iba a hacer, querida... -musitó.

Más luego empieza a corretear con su lengua en aquel sexo femenino de su amada, quien se retuerce de placer al sentir la húmeda y caliente lengua de él. Mientras Ares disfrutaba del mejor manjar de los dioses, sabiendo a frutas tropicales.

Ante las caricias lujuriosas que pronto se volvieron desenfrenadas y rudas, logrando enloquecer a la mujer, instigadola a posar con sus manos en la cabeza del Dios, empujando lo para más cercanía, demostrando que le encantaba.
Más luego de unos intensos momentos, Luba no lo resistió y llegó al ansiado climax.

Pero eso no terminaba allí, eso sólo era el comienzo de toda la "inauguración" junto al deseoso placer, pasión y amor.

Ares se despojó de sus prendas, más luego se posicionó entre las finas y rudas piernas de la mujer, ante la mirada expectante de la misma, quien en sus mejillas un suave rubor la adornaba, junto a sus labios y respiración acelerada.

-Te amo mi gran soldatina -pronunció Ares, sorprendiendo a Luba.

Quien no pudo decir nada, al sentirlo por completo en ella, llenándola de un dolor y placer energúmeno, delicioso.

-Ah~... ¡Q-que delicia! -gime sin poder evitarlo.

Ares se queda maravillado ante tal sensación, era estrecha y hecha para él, complaciendolo, pero aún más los gemidos junto imagen que dejaba admirar la mujer quien lo tenía enamorado, lo empezaba a enloquecer.

Se recuesta un poco sobre ella, sin despejarse de la unión placentera, y une rudo y dulcemente sus labios, llevándolo a demostrar sus más sinceros sentimientos.

Luba sentía estar con un Dios, la llenaba y complementaba de una manera casi irreal, haciéndola pensar que estaba viviendo un sueño del que nunca querría despertar.
Se remueve levemente, dando la señal al Dios para seguir por lo que los placeres comienzan a subir las expectativas de ambos en cada vaivén en ambos, sumergiendo los en un mar de sensaciones y lujuriosa pasión.

Amori Paz➖🔥Hija de Ares🔥©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora