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Obteniendo que la mujer se diera la vuelta y lo mirara con una frialdad auténtica.

-Aléjate sino queréis morir -respondió rudamente la mujer con armadura.

Ares rió ante ello, y se percató que enseguida volvió a atacar a nuevos enemigos, ignorándolo por completo.

Pero lo que no pudo evitar que un soldado del enemigo le intentara atacar y su cuerpo junto a su espada actuaran por él mismo, salvándola a ella misma.

Pero ella terca como se la veía y ruda sin dudar.

-¡¿Cómo os atravéis a involucrarse conmigo, No requiero vuestra ayuda?! -se lo dijo sin vergüenza

Ares sonrió, y sin dudar un momento, la sujeto de la cintura, desarmándola, acercándolo a él.

-Porque mujer tan bella y ruda como tú, merece mi atención, como mi admiración en tu dirección... -Contraatacó Ares.

La mujer con un rápido movimiento, consiguió escaparse por leves momentos de sus brazos, al darle un golpe con el codo en su estómago mismo.

Sorprendiendo por completo el Dios de la Guerra.

-Cof..cof...y aunque no lo requieras yo como tonto lo haré, ya que por tu rudeza, junto a ti quedaré -comentó Ares.

Y con un nuevo intento, la acorraló de manera en que no pudiera lastimarlo ni zafarse de su agarre.

-¿¡Me interesáis un comino, si eso es lo que queréis, déjeme conseguir la paz, o te mataré?! -exclamo con viveza la mujer.

Intentando zafarse sin éxito de su agarre.

Ares sonrió y lo que le nació en su corazón musitó.

-Te ayudaré a conseguir la paz, pero a cambio ayúdame a conseguir con tu rudeza en mi corazón la paz -contesta Ares.

La mujer terca y ruda, castaña de ojos verdes lo mira, con mas atención, pensándolo, y chasquea la lengua fastidiada.

Ocasionando que aquel gesto enloqueciera al mismo Ares.

Sin poder evitarlo, se acercó a su rostro, quedando, pocos centímetros de lejanía.

Ocasionando que a la Mujer se le acelerará el corazón, y observará mejor lo varonil de su porte, y sus ojos rojos como el fuego

Él al notar aquel brote en ambos corazones, no se tardó mas, por lo que unió sus labios junto al trato sin más formando un lazo de amor en la misma guerra.

Al separarse ambos seres, Dios y mortal, se unieron para acabar con la guerra y conseguir la ansiada paz de la mujer.

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Poco tiempo después de aquella guerra, Ares y la mujer quedaron a estar juntos, reconstruyendo una pequeña cabaña en un bosque, donde ella y él compartían lecho, junto con el tiempo también el amor.

Amori Paz➖🔥Hija de Ares🔥©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora