-¡Ah, pícara! le contestó la hechicera. ¡Qué es lo que oigo! ¡Yo que creía haberte ocultado a todo el mundo, y me has engañado!
Cogió enojada los hermosos cabellos de Eren, les dio un par de vueltas a su mano izquierda, tomó unas tijeras con la derecha, y !!tris, tras!! los cortó, cayendo al suelo las hermosas trenzas, y llegó a tal extremo su enojo que llevó a la pobre Eren a un desierto, donde la encadeno a vivir entre lágrimas y dolores.
El mismo día en que descubrió la hechicera el secreto de Eren, tomó por la noche los cabellos que le había cortado, los aseguró a la ventana, y cuando vino el príncipe dijo:
Eren, Eren, echa tus cabellos subiré por ellos, los encontró colgando.El hijo del rey subió entonces, pero no encontró a su querida Eren, sino a la hechicera, que le recibió con la peor cara del mundo.
-¡Hola!, vienes a buscar a tu queridita, pero el pájaro no está ya en su nido y no volverá a cantar; le han sacado de su jaula y tus ojos no le verán ya más. Eren es cosa perdida para ti, no la encontrarás nunca.
El príncipe sintió el dolor más profundo y en su desesperación saltó de la torre; tuvo la fortuna de no perder la vida, pero las zarzas en que cayó le atravesaron los ojos.
Comenzó a andar a ciegas por el bosque, no comía más que raíces y hierbas y sólo se ocupaba en lamentarse y llorar la pérdida de su querida esposa.
Vagó así durante algunos años en la mayor miseria, hasta que llegó al desierto donde vivía Eren en continua angustia.
Oyó su voz y creyó conocerla; fue derecho hacia ella, la reconoció apenas la hubo encontrado, se arrojó a su cuello y lloró amargamente. Las lágrimas que batearon sus ojos, les devolvieron su antigua claridad y volvió a ver como antes. La llevó a su reino donde fueron recibidos con grande alegría, y vivieron muchos años dichosos y contentos.
FIN.o talves no. Muajajajaja.