"Gorda", "fea", "basura", "estorbo", "ojalá te murieras", "desearía jamás haberte conocido" estas son algunas de las cosas que suelen decir los niñitos sin pensar las consecuencias que tienen para la otra persona ,por que un moretón se borra, una cortada cierra y una cicatriz se desvanece, pero esas palabras que le dijiste a ese chico o a esa chica en la primaria, a ese que "magicamente" se cambió de escuela y del que no volviste a saber nada jamás, si, a ese que le destrozaste el autoestima y lo humillaste tantas veces enfrente de la clase jamás las borrará ni el mismo tiempo.
Bueno, yo no me salvé de ser la burla de la clase, yo tambien fuí esa chica a la que nadie quería en sus equipos, esa de la que todos huían, la chica que nadie quería en su fiesta, lo que me dejaba mas tiempo libre para estudiar, motivo por el cual siendo sincera, tenía un promedio el cual consideraba muy bueno, otra razón más para ser la burla de todos; dolía, y mucho, pero en ese momento mis maestros y padres lo tomaron solo como un juego de niños, el más estupido y doloroso juego de niños. Poco después llegaron los "Melissindis" un supuesto germen mortal con el que todos se terminaron de alejar de mi.
Recuerdo las veces que estaban profesores cerca, y no hicieron nada, tantas cosas que hubieramos evitado si tan solo esos malditos incompetentes hubieran hecho bien su trabajo, pero no, eran la clase de "profesores" que solo estan ahi por la paga y les valio madres lo que me pasara sin imaginar que esa chica gorda, fea, estúpida, torpe, imbécil, cerda tambien tenía sentimientos y que a ella le dolía.
Pero mi infierno no terminaba al salir de la escuela, al llegar a mi casa los problemas se volvían peores, ahora no eran chamaquitos estúpidos los que me hacían sentir una mierda, ahora eran mis propios padres los que me decían que no podía hacer nada bien, que si esos mocosos me hacian la vida imposible y se la vivían jodiendo era mi culpa; pobres, jamás se dieron cuenta de todo el daño que me hicieron.
Los fines de semana tampoco me salvaban, salir de casa antes de mediodía sin un grito de mi madre y un par de nalgadas o bofetadas de mi padre eran un sueño, un sueño que jamás se hizo realidad, por que los cuentos de hadas existen, pero los felices por siempre solo pasan en los cuentos de hadas.
Que llegara la noche y todos estuvieran dormidos para poder llorar era mi mayor anhelo en todo el día.
¿Qué hice yo para merecer eso? No lo se, pero espero que esto acabe pronto
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Life is not pinkie
Teen FictionEsta es la vida de muchos adolescentes en la actualidad, vivir ocultando su tristeza detrás de una sonrisa impecable, sufriendo en silencio, pedir ayuda a gritos silenciosos... Nuestra protagonista no queda exenta de estos problemas, tras sufrir bu...